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Nadir

Un euro ahi, don...

Un euro para Espe ahí. La situación es preocupante porque la presidenta de la Comunidad de Madrid dice que no llega a fin de mes. Cuidado con las coñas. Cierto que su sueldo supera los cien mil euros anuales (sin pagas extras, como confiesa, se queda en más de ocho mil euros al mes, cifra que me da hasta cosita pasar a las veneradas pesetas), pero el problema de los sueldos es que uno termina adaptando su nivel de vida a lo que gana. Es una tontería pretender que Esperanza Aguirre, con sus ocho mil euros al mes sin pagas extras, tenga el mismo ritmo de vida y de consumo que un mileurista con 2 pagas.
A pesar de que le organizaron una colecta en su beneficio denominada 1 euro para la Espe, la misma divina Espe se apresuró a desmentir la afirmación. La frase en cuestión está en la biografía de la Aguirre. La autora del tocho que se venderá muy bien en El Corte Inglés, como el libro de Federico, es la periodista Virginia Drake, que tiene nombre de actriz porno. La periodista comentó que la frase sí que la dijo Esperanza solo que, como siempre, la sacaron de contexto. Cada polémica en España sobre unas declaraciones es una rajada de contexto. Claro que con esa imposición te ves obligado a citar el libro entero o al menos el capítulo completito.
Al final resulta que Esperanza sí que dijo: "No tener pagas extras me tiene mártir". Más que no llegar a fin de mes, choca que emplee una expresión tan carpetovetónica como "me tiene mártir". Eso se usa tan poco que solo podría provenir de una señora tan de calle Serrano de Madrid como Esperanza Aguirre.
La suerte de su declaración es que recuperamos a aquella Espe que se pensó que Saramago era una buenísima escritora portuguesa de nombre Sara y de apellido Mago. Aquella Espe ministra de Cultura, de los grandes tiempos del PP, cuando el partido daba mucha risa y el ministro de Sanidad recomendaba a todo el mundo beber agua como método preventivo de enfermedades.
Con el tiempo, Santa Esperanza, que no andará bien de literatura, pero de vuelo político camina sobrada, se convirtió no se sabe cómo en una de las grandes esperanzas del PP, valga el chiste malo y las tilas para superar la depresión ante esa alucinada visión.
Es otra demostración más de que la cultura no nos sirve para nada. Los continuos ejemplos de empresarios, políticos y concejales de Seguridad demuestran que para esas lides hacen falta otras habilidades, que la cultura es casi un estorbo. El problema es que por esa falta luego se te va la boca, como a la Espe, y venga otra vez a reírnos todos con cara de tristes.

Confesiones en dia de lluvia

No me emocionan las banderas, ni los himnos, ni los escudos. La lucha canaria me parece aburrida, el gofio no me vuelve loco -pero para nada-, a las rapaduras mejor ni nombrarlas y las canciones de Chago Melián me resultan inaguantablemente empalagosas. Me la refanfinflan los records que tanto nos gustan a los canarios, el que tengamos que alardear de tener el mejor Carnaval del mundo mundial en cuatro calles llenas de orines para estar más tranquilos; el que asumamos esos lemas del qué-chachi-soy que no tienen, por otro lado, la menor originalidad ni el más leve asomo de gracia. No me alegra en lo más mínimo la mañana saber que ha nevado en el Teide, me revienta el pleito insular, me cansa el fundamentalismo de la idiosincrasia y me dan miedo los telepredicadores delirantes que dicen defendernos a golpe de berridos y amenazas.
Me encanta ver a un matrimonio de senegaleses con sus hijos paseando felizmente por un parque, a un grupo de amigos peruanos disfrutando de un domingo de rastro, a gente que se ha ido y que busca un camino como tantos otros millones en tantos millones de sitios durante tantos millones de días. Me fascina Buenos Aires, el rock británico, los olores de las medinas, la tremenda cantidad de vida que corre por las venas de La Habana y ver a un grupo de brasileños con las camisetas de sus equipos de fútbol preferidos disfrutar de un partidillo en Las Teresitas. Me encanta encontrarme con una persona cualquiera en la guagua y de repente trabar una conversación placentera, y que me besen, y que me quieran, y que me hagan cosquillas, y que me laven el pelo en la peluquería. Me alegra caminar por los barrancos de Euskadi, mandarme unas papas con mojo en La Punta, las carcajadas súbitas, los rastros de Londres, el bullicio de Madrid, y follar, y fumar, y reír y ver a tanta gente disfrutar disparatada en medio de la vorágine de la lógica urbana.
Me irrita el rechazo gamberro al forastero, las personas que piensan que la identidad es una roca enterrada que no hay quien la mueva de ahí, el nosotros primero y después los demás, el lo nuestro es lo más bonito que hay, el "tú sí puedes entrar, tú no". Me puede, como me pueden los que no saben hablar, los que andan todo el día diciendote lo que debes hacer, echando espuma por la boca; los que no quieren mirar más allá, los que se tapan los ojos, los mayores que no aceptan que el mundo cambia, que el mundo tiene que cambiar, que el tiempo tarda y que las mezclas y las innovaciones y los estilos no van a parar jamás de girar.
Me encanta el Viña Norte maceración carbónica, el olor de mi madre, el pabellón criollo venezolano, la buena salsa francesa, las ramblas de Barcelona, Yaiza de Lanzarote, Berlín, la candidez de los saharauis, la risa espontánea de un niño regocijado en una carantoña, el blues, volar a otros lugares que van a llegar. Me encanta la luz natural, escuchar los relatos de los viejos que saben contar, el aroma de la canela, las recetas de la comida india, la plenitud de los pequeños detalles, el mar de Estambul, la papaya verde frita.
Amo a la libertad. Por eso será que odio a los que acotan el mundo, a los que miran mal, a los que construyen los muros bloque a bloque, palabra a palabra, una estupidez encima de la otra; refugiados en las banderas, los miedos, las mentiras, los complejos y, lo que es peor, secuestrados por su propia mezquindad.

Arena

Cuando era pequeño tenía un reloj de arena. Nunca lo utilicé para medir el tiempo, sino sólo para entretenerme y mirar los granos desaparecer por el embudo de cristal. Me gustaba observar como se creaba un pequeño sumidero imperceptible en la superficie de la arena, que poco a poco se iba agrandando hasta devorar todos los granos y pasarlos de una ampolla de cristal a la otra. Lo recuerdo de madera, de un tamaño cercano al palmo y con un depósito de doble cuerpo parecido a dos picas, las de la baraja de póquer, unidas por los extremos. Pero es curioso que no recuerde el paso del tiempo, aunque sí el color de la arena que era rojiza y que, como no se podía extraer, no sabía que tacto tenía. Utilizaba ese reloj para perder el tiempo, lo cual puede parecer un contrasentido, pero a mí me parecía lógico. Tan lógico como desmontar mi primer reloj digital. Sentía curiosidad por ver las tripas de algo tan curioso como esos números dibujados en un cristal líquido. El tiempo, en realidad, no existía, pero la arena cayendo de un lado a otro, o la pequeña maquinaria de mi reloj digital sí. Lo mismo ocurría con el reloj de pared que había en el comedor. Tenía unas pesas doradas que descendían con lentitud y que conseguían que el mecanismo funcionara. Eso, y mi madre que las subía todas las noches, produciendo un sonido de cadenas maravilloso. Debido a esos dos factores, el péndulo se movía siguiendo la ley de la gravedad y puntualmente nos obsequiaba con unas campanadas cristalinas que indicaban las horas y las medias. Ese reloj tampoco marcaba el tiempo, sino que nos acompañaba con su melodía y su ritmo pendular. Era un compañero, un amigo de las noches en las que me desvelaba y esperaba el sonido de sus campanas para conocer la hora exacta de mi insomnio. En mis recuerdos, vivía rodeado de relojes, pero ajeno al tiempo, ajeno a la prisa o a la ansiedad. La última vez que estuve en mi casa, el péndulo se había estropeado y el reloj iba un poco más rápido de lo que le correspondía. No pude evitar pensar que a mí me pasaba lo mismo, quizás incluso le pasaba lo mismo a todo el mundo. No pude encontrar el reloj de arena, aunque tampoco me importó mucho, porque no me hubiese gustado ver su costa invadida de apartamentos de verano. El tiempo ha cambiado, nos ha cambiado y ahora todos vivimos dibujados en una pantalla de cristal líquido. Los amores y las parejas que antes se soñaban para toda la vida ahora duran un suspiro. Se organizan sesiones de citas de siete minutos para conocer al amor de tu vida. Me imagino una mesa con un reloj de arena y a dos personas mirando los granos desaparecer de la ampolla superior sin tiempo de decir nada interesante. Quizás, abstraído por el pequeño sumidero, una de esas personas piense en su infancia mientras la otra se esfuerza en hablar y dar datos sobre su nombre, profesión, aficiones, ilusiones, sueños, frustraciones, tratando de utilizar hasta el último grano de arena disponible para conseguir una cita. El mundo se mueve en ciclos tan cortos que un reloj de arena puede condicionar la existencia o no de una relación. Relación que nadie espera que dure muchos años, salvo que decidan hipotecarse para el próximo medio siglo. Las hipotecas, que antes no superaban los diez años han crecido hasta tragarse la vida entera de las personas. El reloj de arena de las citas de siete minutos, se convierte en un reloj de cemento eterno para comprar una casa y yo, que soy un péndulo estropeado, me pregunto si todo esto es normal o es que yo me he perdido algo por el camino. Ahora tengo pocos relojes en mi casa, pero todos van demasiado rápidos para mi alma.

Rincones

Hay espacios vitales que están mal vistos y los rincones son uno de ellos. Siempre que se puede, se eliminan de las casas, de las carreteras y de las vidas. La gente prefiere la línea recta, las autopistas y las habitaciones cuadradas. El mundo se ha vuelto muy caro para tener espacios que no se aprovechan, así que el rincón es el gran perseguido de la actualidad. Sin embargo, esas esquinas inútiles son fundamentales para el desarrollo humano. Los niños las necesitan porque se alimentan de esos espacios, en los que no tienen obligaciones, para crecer y desarrollarse. Escondidos en un rincón juegan, imaginan y sueñan, ajenos a la mirada de los mayores que odian los escondites. Así que sin que nos demos cuenta, está teniendo lugar una lucha silenciosa en el diseño de los espacios vitales. Los arquitectos, los urbanistas, los ingenieros, los economistas eliminan todo lo que sobra, lo ineficaz, lo escondido y cada vez hay menos espacio para la sorpresa. Las casas ya no tienen pasillo, ni galerías, ni habitaciones sobrantes, ni vecinos. Los parques se diseñan planos, sin peligros, sin escondites y sin sorpresas. Los niños viajan atados en los coches y la ciudad, la miran a través de la ventanilla como si fuera una imagen de televisión. Las calles son peligrosas, las casas pequeñas, los adultos ocupados, los niños también. No hay espacios ni tiempos muertos, ni rincones de soledad para reflexionar y crecer. La vida parece una autopista, con centros comerciales como áreas de reposo que aparecen cada siete días. En las escuelas, las aulas de los más pequeños se estructuran en rincones. Los maestros luchan en solitario para crear esquinas de emoción en una sociedad plana. Los niños, mientras son pequeños, buscan sus rincones en cualquier sitio, pero al crecer se encuentran encerrados en una línea recta y al hacerse adultos le tendrán tanto miedo a los escondites. Así que diseñarán terminales de aeropuerto rectilíneas y autopistas hacia el cielo del aburrimiento, sin llegar a conocer la importancia del rincón. Los adultos necesitarán crearse una segunda vida en Internet, tener amantes o defraudar a hacienda para compensar su existencia diseñada con un rotring. Las obras de Gaudí serán cada año más llamativas porque ya nadie diseña con esos volúmenes retorcidos e inútiles. Los contenedores que mueven las mercancías por el mundo son cuadrados, sin espacios muertos, igual que los libros que desplazan las ideas por las cabezas de la humanidad. El rincón es necesario, pero sólo los niños lo buscan, lo piden y lo consiguen a veces. Algunos adultos imaginan armarios conectados entre sí, rincones de fantasía, ropa de corazones o túneles misteriosos, pero son una minoría, a la que se tolera pero no se admira ni imita. Los textos sesudos y rectilíneos son demandados por una sociedad que dice amar a los niños, pero que no los comprende ni los quiere porque viven en rincones. Hoy he recorrido un parque, de nuevo diseño, tratando verlo con la mirada de un niño. ¿Dónde me escondería? ¿Cómo lo exploraría? ¿Qué me llamaría la atención? ¿Qué me aburriría después de la primera visita? He visto un búho metálico en una rama y caminos torcidos que se elevan por pequeñas colinas. ¿Será suficiente para un niño? ¿Será suficiente para un adulto? La vida y los parques son ahora de diseño y quizás eso sea mejor que lo anterior, pero echo de menos los escondites y las pequeñas sorpresas, Zonas sin una función específica, sujetas a las inclemencias del tiempo y los visitantes. Cosas que no tengan que ser perfectas sino vivas. Me gustan los rincones de la vida, esos sitios sin definir donde podemos escondernos para pensar y soñar. Me gusta el pasillo de mi casa, las habitaciones con dos puertas, los trasteros y los libros amontonados. En cierto modo, las rectas nos permiten viajar con rapidez pero solo los rincones nos enseñan a vivir.

CSI Colocón

Mira qué gracioso. A los diputados italianos les tendieron una trampa para someterlos a una prueba no autorizada de drogas. Cierto programa satírico de morirse de la risa los citó para unas entrevistas ficticias de televisión. Las maquilladoras les retiraron el sudor a sus señorías con unas toallitas. A partir de ese simple sudor, en plan CSI, llegaron a la conclusión de que un tercio de los diputados se droga. Una obviedad.
Lo importante de la noticia no es el colocón parlamentario, por la sencilla razón de que esta estupidez de sociedad tolera un diputado borracho que disimule bien su peda pero no soporta a un diputado que se meta una raya para aguantar en un día malo o que se fume un porro para rematar otro día malo. Si hay alguien que tiene todos los parabienes ganados para drogarse, ése es el político. Primero para soportarse, que ya es, y segundo para soportanos, que la prensa también tiene lo suyo, apellidos aparte.
Lo interesante de la noticia es como el falso robo del escaño de Zapatero: la manera en que la clase no política emplea lo mismo que luego critica. Criticamos el engaño, el montaje y la trapacería, pero la aplicamos sin pestañear siempre que el resultado nos beneficie.
Los del programa satírico, qué risa, no dudaron en engañar a los mismos diputados. Los del vídeo del escaño, qué cosa, no dudaron en manipular el montaje para engañar a quienes lo vieran. Los bomberos de Tenerife hace meses pidieron que se cumplieran acuerdos asaltando una institución democrática. Mal ejemplo ahora que los bomberos están a punto de caer más pesados que los basureros de La Laguna, pero ése es el desgaste que sufren los huelguistas, y los políticos.
Mira lo fácil que es pedir ética y luego no dar ni la estética. Mira quién baila.
El tramo final de ésta columna es para un gesto de coherencia y valentía de los que se recuerdan. A la compañera del diario La Opinión Belén Molina le entregaron el martes un premio periodístico por una impecable colección de artículos que contaba otra obviedad: que los inmigrantes son como tú y como yo, pero más fastidiados si cabe. Belén tuvo las narices de decir, en su discurso, ante el Rivero y la Julios, que el lenguaje del victimismo no conduce a nada, que pedir la Armada no tenía ningún sentido y que por mucho que blindemos, el ser humano seguirá saltando vallas. ¿Tú no lo harías por los tuyos? Pues eso. Eso si es ganar al sprint y no lo de Frenando Alotonto. Viva Belén.

Aznar el ibero

Aznar el ibero

José María Aznar se ha convertido en el único político de nuestra maleada España que dice lo que piensa y piensa lo que dice. Ya era hora, después de más de cinco siglos, que alguien se atreviera a reclamar a los moros lo que es de justicia: que pidan perdón por los ocho siglos de ocupación. Ocho siglos dedicados a destruir lo poco que habían dejado de la gran cultura íbera los romanos.

Algunos mercenarios de la izquierda han llegado a publicar que Aznar no es más que un empleado de Murdoch, que se dedica a hacer el trabajo sucio de mantener permanentemente cabreados a los musulmanes. Esos indeseables, entre los que se encuentran personajes intelectualmente tan sospechosos como Umberto Eco, parten de la estúpida teoría de que los primeros responsables del actual estado de guerra en el que se encuentra el mundo son las grandes multinacionales del petróleo y el armamento. Y de que nada de lo que dicen o hacen los políticos del grupo de Bush es casual o descuidado.

Esta gente es incapaz de entender las verdaderas razones que mueven a un líder de opinión como Aznar. A nuestro ex presidente le motiva exclusivamente el amor que siente por lo auténtico, por lo genuinamente español. Qué fácil resultaría reconocer y aceptar como propio lo hecho por los árabes: la medicina, la agricultura, la música o la arquitectura. Qué sencillo vanagloriarse de haber sido el foco de la cultura mundial cuando el resto de Europa se debatía en la oscuridad del Medievo. Qué poco le hubiera costado haber sacado pecho ante su amigo Blair diciéndole que cuando Londres era una miserable ciudad plagada de ratas, Córdoba era la ciudad más importante del mundo conocido, que contaba con un millón de habitantes y era el lugar de reunión de los principales sabios de Oriente y Occidente.

Pero nada de eso va con el carácter de nuestro amado presidente de la FAES. Él es un hombre sencillo, austero hasta el punto de lo estoico. Sólo se permite algunas pequeñas licencias como ese toque de tinte en esa melenita estudiadamente descuidada de escritor maduro. Y un hombre así no puede aceptar como propio lo que sabe que es un simple préstamo de la historia. Los musulmanes no sólo tienen que pedirle perdón por lo que hicieron, si no que de paso deberían llevarse lo que dejaron aquí cuando fueron expulsados por los antepasados de nuestro ex presidente. Y que se anden con cuidado los italianos, que los siguientes en pedirle perdón van a tener que ser ellos. Ya está bien de que tengamos que ser los españoles los que tengamos que pagar la factura de las reparaciones de los muchos acueductos, puentes, teatros o circos que construyeron aquí. Que hay que ver en el estado que nos lo dejaron, todo roto.

El champán sigue en la nevera

Cuando conocieron el numerito de los tres encapuchados pregonando el presente y el futuro de la lucha armada -según la peculiar denominación de ETA-, muchos de ellos sonrieron con satisfacción, comprobaron que la botella de champán francés (cava catalán, no, por favor; nosotros somos españoles) continuaba en la nevera y empezaron a levitar de nuevo. Soñaron: se acabará el maldito alto el fuego, volverá la violencia, habrá muertos otra vez y el traidor Zapatero se hundirá en las próximas elecciones. Se había rendido ZP ante ETA, como muy bien señalara en 59´ Nacho Villa, el director de Informativos de la COPE, la emisora episcopal defensora de la libertad. ¡Se rindió pero no le ha servido de nada!

Cuando advirtieron que, en efecto, el diario Gara no había publicado la noticia en portada, les entró un escalofrío. Telefonearon a Jaime, al que localizaron en Estrasburgo ultimando el desembarco del camarada Alcaraz y sus compañeros de pandilla con el noble fin de que toda Europa pueda saber quién es en verdad Zapatero y cómo ha sido capaz, el muy villano, de entregar España a los separatistas vascos y catalanes. Le preguntaron. Oye, tú que entiendes de todo esto, ¿es significativo que Gara haya relegado a páginas interiores el show de Oiartzun? Mayor Oreja se excusó, no quiero aguaros la fiesta, pero lo de Gara no me gusta nada.

Un don nadie casi agua la fiesta
Las declaraciones de Joseba Álvarez, miembro de la mesa nacional de Batasuna, afirmando que el proceso de paz no se iba a romper y que de lo que se trata es de conseguir un marco democrático donde todos puedan expresar libremente sus puntos de vista, sean o no independentistas, acentuaron su desánimo. Bueno, ya se sabe, el tal Álvarez es un don nadie y debe de estar a sueldo del PSOE, se decían entre sí intentando recuperar la moral perdida. No hicieron caso a Álvarez, olvidaron el Gara e imaginaron otra vez el descorche glorioso y los brindis. Volvemos, volvemos, Mariano. Ánimo, Ángel, tú serás portavoz del Gobierno, y Eduardo, ministro de Economía, Obras Públicas y Comisiones Varias.

Usabiaga pone fin
Pero su regocijo se difuminó de pronto al leer ayer las declaraciones de Díez Usabiaga, líder del sindicato abertzale LAB. “Sigue el alto el fuego permanente, que es lo sustancial”, sentenció Usabiaga. Casi todos identificaron a Usabiaga. Éste es un pez gordo, apuntó sollozando una joven promesa de Nuevas Generaciones. Yo telefonearía nuevamente a Jaime, que es muy amable y todo un caballero. Pero si Jaime está que se sube por las paredes. Los socialistas han llevado el proceso de paz al Parlamento europeo y corremos el riesgo de quedarnos en pelota picada ante Markel y Chirac. ¿Y Sarkozy, qué podría hacer por nosotros Sarkozy? Las encuestas dicen que gana la Ségolène. Se oyó alguna blasfemia. Por suerte Rouco Varela no estaba allí. El champán seguía en la nevera.

Aznar se reafirma

La última machada de José María Aznar ha sido en una televisión portuguesa. Allí, de nuevo envuelto en la pretensión de que nuestro problema básico es la reivindicación de una disculpa al universo musulmán por la invasión de España, ha manifestado que no tiene miedo al terrorismo islámico y el resto de los mortales que no piensan como él si lo tienen.

Como José María Aznar ya no está en el Gobierno de España es posible que no tenga acceso a la información que tenía cuando era el habitante de La Moncloa. Por eso es posible que todavía no conozca el informe de dieciséis agencias de inteligencia, coordinado por John Negroponte, responsable norteamericano de seguridad interior, que concluye que la invasión de Irak ha sido causa determinante del crecimiento exponencial de terrorismo de origen islámico. Ya es noticia oficial que los máximos responsables de la inteligencia norteamericana piensan que la estrategia de George W. Bush no solo no ha dado los resultados previstos sino todos lo contrario.

Todos los que como Aznar manifiestan no tener tienen miedo y piensan que el problema se soluciona con medidas de fuerza y de poder son los responsables de que las oficinas de reclutamiento de Al Queda estén a rebosar. Las torturas de Abub Grahib, los asesinatos de soldados norteamericanos a personas civiles en el asalto a poblados en Irak, la invasión de Líbano, la existencia de la cárcel de Guantánamo y los vuelos secretos de la CIA transportando sospechosos secuestrados forman parte de esa metodología que el ex presidente del Gobierno de España era partidario de ampliar mediante bombardeos de la OTAN sobre las posiciones de Hertzbolá en Líbano.

Quizá el empecinamiento de Aznar solo sea un recurso defensivo hacia la catástrofe que impelió con su apoyo a la invasión de Irak. Como es de naturaleza provocadora y bravucona no debe tener la inteligencia y la humildad de que percibiendo que quien ha metido la pata se escurre de los escenarios para olvidar las daños que promovió.

A todos nos sería de una gran utilidad que una ley de incompatibilidades obligara a José María Aznar a dedicarse por entero al mundo de los negocios que ahora le ocupan solo a tiempo parcial. Tal vez si se dedica solo a hacerse rico los demás podamos estar más tranquilos.

Etarras e islamistas usaban el mismo papel higiénico

Las pruebas que demuestran que el 11-M fue una conspiración orquestada por el PSOE para acabar con el gobierno de Aznar en la que participaron el CNI, la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Tedax, ETA y el Servicio de Inteligencia marroquí, se van acumulando día tras día gracias al trabajo serio y sin descanso de los hombres de Pedro J. y Federico. La última aportación es esencial para desenredar el complicado entramado que une a los moritos de Lavapiés, que no cometieron el atentado, con ETA: usaban el mismo insecticida.

Son estos pequeños detalles, que para mucha gente sin preparación pueden parecer superficiales, los que permiten esclarecer casos de la complejidad del que nos ocupa. Achacar al simple azar que dos grupos terroristas, en teoría tan alejados como ETA y los islamistas, usen un mismo tipo de insecticida sólo puede ser debido a un delictivo ejercicio de ocultación de pruebas. Una demostración más del oscuro trabajo del comando Rubalcaba.

Con el hallazgo de ácido bórico en una vivienda de etarras y otra de islamistas, se ha encontrado la prueba más clara del grado de unión que hay entre estas dos organizaciones. Como se ha publicado prolijamente estos últimos días, el ácido bórico se usa, esencialmente, como insecticida de especial eficacia contra las cucarachas. Luego, hete aquí otro punto de unión que estrecha el lazo de la investigación: en ambas viviendas había cucarachas. Pensarán ustedes, y no sin razón, que hay muchas viviendas en las que hay cucarachas. Pero, y aquí viene la clave del descubrimiento: ¿confesarían ustedes a unos desconocidos que tienen cucarachas en casa?

El grado de confianza al que habían llegado etarras e islamistas era tan grande que se encontraban en la conocida fase de “confesiones sobre asuntos caseros”. Un grado al que se llega, como cualquiera se puede imaginar, sólo después de mucho tiempo y de múltiples contactos. Me imagino que en una de esas reuniones en las que se ultimaban los detalles del atentado de Atocha, algún etarra se debió percatar del grave problema de cucarachas que tenían los moritos. “Vaya asco, oye, pues. ¡Tenéis todo lleno de cucarachas, ahí va la hostia!”. “Sí, Iñaki, (nombre en clave de Joseba) nos estamos gastando una fortuna en cucal, pero no hay manera”. “Oye tú, pues nosotros con los zulos teníamos el mismo problema y les pusimos ácido bórico. Mano de santo, no ha quedado ni una”. “Pues lo vamos a probar, ¿de qué laboratorio lo habéis robado?”. “Pero no seas tonto Mohamed (nombre en clave de Hassan), si eso se compra en cualquier droguería”. “Pues muchas gracias, oye y ya que estamos en estos temas, ¿las capuchas con qué las laváis? Porque hay que ver qué negro tan pulido os queda”.

Y no crean que la investigación de los únicos periodistas honrados y desinteresados que quedan en nuestro país se va a quedar aquí. Hay muchísimas otras cosas que aún no han salido a la luz y que vienen a reforzar la tesis de que ETA y moros son la misma cosa. Lo que les voy a anunciar ahora es una exclusiva, pero creo que no hago ningún daño a la investigación avanzándolo en esta columna: las dos organizaciones usaban el mismo papel de váter. Se trata de una marca blanca de unos conocidos grandes almacenes. Es de doble capa y tiene dibujitos de animal. No les puedo decir más porque no quiero chafar la portada de la próxima semana de El Mundo, pero ahí queda ese espeluznante dato para el análisis.

Memoria histérica

El silencio es el culpable. Lo sabe Jesús Quintero, El Loco de la Colina, y por eso se burlan tanto los humoristas de sus pausas en su programa de entrevistas. El silencio pone en evidencia.
Miren un ejemplo. Tras la puesta en marcha de esa descafeinada ley de la memoria histórica, varios fueron los plañideros de turno que atacaron la medida. La colección de argumentos estúpidos iba desde el "no hay que remover el pasado" y "no debemos cambiar la historia" hasta el habitual pepeístico de "a la gente en realidad le preocupan otros asuntos". Esta frase el PP la emplea para todo: para atacar el debate sobre el estatuto de Autonomía, para meterse con cualquier cosa, para lo que sea menos para la teoría del complot sobre el 11-M. De seguir la idea del PP, en cualquier momento cualquier parlamento debatirá sobre la nueva temporada de OT, que parece que es lo único que nos interesa.
Pues bien, ahí tenemos un ejemplo palpable y descarnado de que lo habla la recuperación de la memoria histórica: los seis cadáveres de Fuencaliente. Los reaccionarios, los que aún piensan que viven bajo el manto protector de aquel dictador llamado Franco, no dicen nada. Tenían una oportunidad perfecta para atacar la dichosa recuperación en la práctica, pero no la aprovecharon. Lo que pasa es que no tienen nada que decir. En irrebatible. Seis cadáveres, quizá asesinados en los primeros días de la Guerra Civil, en aquellas jornadas donde algunos todavía se empeñan en que no pasó nada y que la culpa fue de "cuatro godos".
Cuando miras a África y a los ojos blanquísimos de sus hijos que vienen a Tenerife en pos de su MP3, salta la misma duda. Ahora es una tragedia humanitaria, ahora buscamos rimas de pobreza y acordes para la desesperación. Ahora lamentamos el desastre. ¿Qué se hizo durante años? Atacar cualquier atisbo de desarrollo económico de Marruecos, lanzar mensajes apocalípticos sobre el posible desarrollo turístico de África, venderles gofio. Pasa justo al revés, callaron cuando debían hablar. Ahora hablan de sobra cuando deberían arreglar los problemas y preocuparse menos por buscar culpas.
Ahora el lenguaje se pasa de rosca y algún disparatado incluso pide manifestaciones callejeras. ¿Contra quién? ¿Contra el hambre, contra los cayucos, contra Ruano, contra las Raíces? Quizá sería hora de regresar a un tranquilo y eficaz silencio.

Las mentiras de El Mundo

El 01/09/2006 El Mundo publicó un resumen de sus tesis con el título de 11-M: el estado de la cuestión. De momento veamos los cuatro primeros puntos.

1. Los artefactos

El Mundo miente cuando dice que “en el sumario no consta el informe por escrito realizado durante el mediodía del 11-M a partir de los restos recogidos por los Tedax en las estaciones” puesto que las pruebas no se acaban hasta el día 12 que es cuando se pone por escrito. Es total y radicalmente falso que hubiera un informe escrito al mediodía del 11M.

El Mundo miente cuando dice que “Todos los expertos consideran inverosímil” puesto que han sido totalmente incapaces de conseguir un solo experto en análisis de explosiones que corrobore sus tesis. Ni uno sólo.

El Mundo miente cuando dice que es “inverosímil a) Que en 12 explosiones no se encontrara ningún resto de cierta envergadura” puesto que es totalmente verosímil que ocurra con explosivos descartuchados y amasados.

El Mundo miente cuando dice que es “inverosímil “b) Que el laboratorio no determinara la composición de los explosivos aunque esos restos fueran insignificantes” puesto que es totalmente verosimil y ha ocurrido con anterioridad.

El Mundo miente cuando dice que es “inverosímil…c) Que el laboratorio no hiciera un informe por escrito.” puesto que SÍ que existe informe escrito, tiene el número 173-Q2-04 y por supuesto está incorporado al Sumario desde el 12 de marzo que es cuando se redacta.

El Mundo miente cuando dice que “Sánchez Manzano cometió un error cuando declaró de forma reiterada ante la Comisión del 11-M que se habían encontrado «restos de nitroglicerina» en los trenes.” puesto que el error se cometió UNA única vez.

El Mundo miente cuando dice que “tanto la tesis de que utilizó la palabra «nitroglicerina» a modo de sinónimo de «dinamita» -invocada al principio por Interior-, como la tesis de que estaba refiriéndose genéricamente a y no a las del 11-M -expresada por el propio comisario ante el juez-, parecen insostenibles.” puesto que no solo son perfectamente sostenibles, sino que no son la misma tesis, cada una hace referencia a una respuesta distinta.

El Mundo miente cuando dice “que el informe por escrito no aparezca por ninguna parte” puesto que ellos mismos han publicado que está incorporado al Sumario con el número 173-Q2-04.

2. La composición

El Mundo miente cuando dice que “Los dos únicos nexos que acercan la Goma 2 ECO al escenario del 11-M son los casi imperceptibles gramos, supuestamente hallados en una vaina de cartucho en el interior de la Kangoo, y los 10 kilos colocados en la mochila de Vallecas.” puesto que, por si fuera poco, también tenemos los análisis que hablan de restos de dinamita y las testificales de los que vieron el explosivo de las otras dos mochilas y que nos hablan de un explosivo blancuzco y con apariencia de plastilina. Es decir, de explosivos con apariencia de GOMA 2. La Titadyne tiene otra apariencia, tanto en color como en textura, como bien oculta El Mundo.

El Mundo miente cuando dice que “resulta altamente sospechosa la «contaminación» con metenamina detectada en el laboratorio en los análisis realizados el 11-M por la tarde” puesto que la “contaminación” “se produce” por reacción química “al mezclar algunos componentes de la Goma 2 ECO (nitrato amónico y nitroglicol) y al utilizar el metanol como medio de reacción en el cromatógrafo de gases en la propia labor analítica de los expertos».

El Mundo miente cuando dice “que este informe conste por escrito hace, por cierto, aún más inverosímil que el de los focos de los trenes no se materializara de igual modo.” puesto que el otro también consta por escrito.

El Mundo miente cuando dice que “según el catedrático de Física Ruiz de Elvira, eso es como si te toca el primer y el segundo premio de la Lotería en el mismo sorteo. Excepto, habría que añadir, que los dos premios se acumularan en el mismo número” puesto que el análisis del no-catedrático de química era sobre otra cosa. Ruiz de Elvira hablaba de una contaminación por contacto y no por reacción química.

El Mundo miente cuando dice “Es decir, que las dos muestras procedieran del mismo explosivo. Es decir, que la propia Policía hubiera colocado en la Kangoo esos gramos de Goma 2 ECO contaminados con metenamina, extrayéndolos previamente de la muestra patrón contaminada con esa sustancia.” puesto que es imposible que hubiera ocurrido asi. Fisicamente imposible puesto que la muestra patrón fue aportada desde fábrica *despues* de la aparición del cartucho en la Kangoo.

El Mundo miente cuando dice que “La deliberada manipulación policial quedó patente cuando Sánchez Manzano -tratando de que todo le cuadrara- también incluyó la metenamina entre los componentes de la Goma 2 ECO de la mochila de Vallecas. Cuando la Guardia Civil advirtió al juez que la Goma 2 ECO no tiene metenamina, el jefe de los Tedax alegó que había sido un «error de transcripción».” puesto que ha sido totalmente incapaz de demostrar la “deliberada manipulación policial” y de desmentir que fuera un error. En favor de la tesis del error tenemos las mentiras, éstas sí demostradas, de El Mundo en relación a este tema.

El Mundo miente cuando dice que “probablemente para que Del Olmo no volviera a reparar en que el misterio de la metenamina sigue estando pendiente de aclaración.” puesto que el tema de la metenamina está total y absolutamente aclarado en el sumario con varios informes que cualquiera puede leer.

El Mundo miente cuando dice que “también es significativo que cuando las partes han pedido repetir el análisis de esos gramos de explosivo, el laboratorio haya dicho que no queda muestra suficiente para garantizar su fiabilidad.” puesto que fue el juez quien hizo la petición, y cuando se le respondió que eso destruiría el explosivo que quedaba, decidió consultar a las partes.

El Mundo miente cuando dice que “Expertos independientes aseguran que basta una millonésima de gramo para determinar la composición de una sustancia.” puesto que lo que se busca no es la composición, sino el porcentaje de cada componente. Y para eso si que hace falta un trozo grande.

El Mundo miente cuando dice que “El problema es que si en un nuevo análisis volviera a salir metenamina, quedaría en evidencia que alguien de la Policía colocó la vaina de cartucho en la Kangoo.” puesto que no existiría ningún problema si apareciera metenamina ya que absolutamente nadie ha puesto en cuestión la existencia de la sustancia.

3. La manipulación

Las tres pruebas materiales clave están en entredicho

Miente El Mundo cuando dice “En el caso de la furgoneta Kangoo, los testimonios ante la Comisión parlamentaria, tanto del responsable policial que la examinó en Alcalá, como del propio Sánchez Manzano, que la vio recién llegada a Canillas, son concluyentes: «estaba vacía», en su interior «no había nada».” puesto que ni fue examinada en Alcalá, ni SM la vio recién llegada a Canillas, ni declararon eso, ni sus testimonios son concluyentes.

Miente El Mundo cuando dice que “encaja con el hecho de que los perros no olieron en su interior ni los detonadores ni los supuestos gramos de Goma 2.” puesto que ningún perro de explosivos huele detonadores y en las circunstancias en que tuvieron que trabajar es perfectamente posible que no olieran los escasos gramos de Goma 2 tal y como declaró uno de los guías caninos.

Miente El Mundo cuando dice que “según el auto de procesamiento, en su interior aparecieron, sin embargo, más de 60 «evidencias», algunas de ellas muy voluminosas” puesto que el auto de procesamiento no da ni uno sólo de los tamaños de los objetos y todos ellos podían haber tenido escasas dimensiones.

Miente El Mundo cuando dice “Por lo que se refiere a la mochila de Vallecas, nadie la detectó en los trenes. Ni los Tedax que revisaron reiteradamente los objetos buscando explosivos, ni el policía encargado por la autoridad judicial de custodiarlos, ni ninguno de los agentes a sus órdenes.” puesto que en el Auto de Procesamiento no aparece una sola revisión de los TEDAX en esa estación y en cuanto a los policías la juez les prohibió inspeccionar los bultos.

Miente el Mundo cuando dice “el traslado y depósito de los objetos procedentes de la estación de El Pozo en un pabellón de Ifema en el que no hubo un dispositivo específico para su vigilancia.” puesto que los objetos estuvieron vigilados en todo momento y no se rompió la cadena de custodia

Miente El Mundo cuando dice “el jefe de la Comisaría en la que apareció haya sido condenado en el caso Bono por manipulación de pruebas.” puesto que ese delito ni siquiera existió en el Caso Bono. El comisario Ruiz fue condenado por otros hechos, pero desde luego no por “manipulación de pruebas”.

Miente también El Mundo cuando dice que “es muy relevante que los cables estuvieran desconectados -mezclando así la sofisticación con la chapuza- y que durante meses se le ocultara al juez la radiografía que refleja esta circunstancia.” puesto que el TEDAX que la desactivó ya ha aclarado en el Auto de Procesamiento que la radiografía es de muy baja calidad y que los cables no solo estaban unidos si no que fue él mismo quien los desunió.

Miente El Mundo cuando dice que “se le entregó al juez una réplica de la mochila de Vallecas y no el original que seguía en manos del jefe de los Tedax” puesto que la mochila no estaba en manos del Jefe de los Tedax, si no depositada y custodiada en su unidad a disposición del juez de instrucción.

Miente El Mundo cuando dice que “El hecho de que fuera detectado por una vecina a los tres meses del atentado a muy pocos metros de donde estaba la Kangoo sugiere que fue colocado allí por esas fechas.” puesto que la vecina ha declarado que ella llevaba viendo el coche unos tres meses.

4. Los procesados

Los restantes vínculos de los islamistas son muy endebles

Miente El Mundo cuando dice que contra Zougham “existe el testimonio de varias personas que declararon haberlo visto en los trenes, pero lo hicieron después de que su foto fuera difundida por todos los medios con motivo de su detención en la tarde del 13-M.” puesto que la primera foto de Zougham se publicó en la prensa el viernes 19 de marzo, varios días después de que Zougham fuera reconocido “sin ningún género de dudas”.

Miente El Mundo cuando dice que “Todo indica que estaban controlados por las Fuerzas de Seguridad. Llevaban matrículas dobladas y carnés de conducir falsos, pero la Guardia Civil les dejó continuar.” puesto que la Guardia Civil ni comprueba si la matrícula coincide con el bastidor ni hace una pericial sobre el carne de conducir cuando pone una simple multa de tráfico.

Miente también cuando dice que “En el caso de que todas las explosiones hubieran sido ocasionadas por artefactos idénticos a la mochila de Vallecas -y eso explicaría su carácter coordinado- cabe subrayar que ninguno de los suicidas o de los detenidos tenía los conocimientos necesarios para «montar bombas con móviles»” puesto que cualquier persona con acceso a Internet puede tener esos conocimientos.

Miente tambien cuando dice que “ni en Leganés, ni en Morata ni en ningún otro de sus domicilios se han encontrado los instrumentos que habría sido necesario emplear.” puesto que en el taller de Zougam existen todos esos instrumentos.

Miente también cuando dice “¿Por qué no ha quedado testimonio visual alguno de los islamistas en la estación de Alcalá de Henares en la que supuestamente abordaron los trenes? Tanto en la investigación de los atentados del 11-S en Nueva York, como del 11-J en Londres, fueron clave las imágenes de los terroristas grabadas por las cámaras de los aeropuertos y las estaciones de metro. ¿Es que las de Alcalá no funcionaban ese día?” puesto que como explica el Sumario las cámaras de la estación de Alcalá de Henares no grababan ni una sola imagen, eran única y exclusivamente de control.

5. La experta diputada

El Mundo, 30 de julio de 2006: Los científicos ven inverosímil que no se identifique la dinamita del 11-M. El diario cita a varios supuestos especialistas para reforzar sus tesis. Entre ellos, a Teresa de Lara, a la que presenta como “una experta en el campo de la cromatografía con una larga trayectoria profesional en el Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Barcelona y en la empresa alemana Hertz”.

En realidad, se trata de una diputada del PP que lleva al menos veinte años dedicada a la política. Comenzó como diputada autonómica de la Asamblea de Madrid en 1987, después pasó al Senado y más tarde al Congreso, donde ya lleva dos legislaturas. Teresa de Lara es, también, la portavoz de Medio Ambiente del Partido Popular y miembro de su Junta Directiva Nacional. Sí, es licenciada en química y Estadística y diplomada en Economía y tiene conocimientos sobre cromatografía. Pero su “larga trayectoria profesional” en la universidad se reduce a haber sido profesora ayudante en el departamento de Química Orgánica de la Universidad de Barcelona, hace más de dos décadas. Después trabajó como

profesora de química para alumnos de BUP y COU en el Colegio San Francisco de El Pardo. En el artículo donde se la presenta como una de los “destacados químicos” que corrobora las tesis de los agujeros negros, El Mundo no aclara a sus lectores ni su militancia política ni su condición de diputada.

6. El experto tertuliano

Otro fragmento del artículo: "En esta misma línea, el doctor Enrique de la Morena, ex jefe del Departamento de Bioquímica Experimental de la Fundación Jiménez Díaz y hoy consultor independiente, tiene la sensación de que se están haciendo afirmaciones que podrían parecer creíbles a las personas que no saben nada de cromatografía (es decir, la mayor parte de la población), pero que resultan absurdas para cualquier técnico que tenga un mínimo de conocimientos en este campo: «Los que trabajamos en esto sabemos que no es complicado descomponer una muestra, por ínfimo que sea su tamaño, y, por lo tanto, es muy sencillo diferenciar, por ejemplo, la nitroglicerina del nitroglicol".

Enrique de la Morena, consultor independiente, da la casualidad de que es también colaborador de Federico Jiménez Losantos en la sección "¿Qué me pasa doctor?" de La Mañana de la COPE. El Mundo tampoco informó de este hecho.

7. Los otros expertos

En primer lugar se cita a un totalmente desconocido Francisco Javier Bermejo del cual no se da ni su nivel de estudios ni la empresa para la que trabaja. Los únicos que tienen un curriculum constatable son los profesores Fernando María García Bastante y Antonio Ruiz de Elvira. El problema es que lo que los dos cuentan no tiene nada que ver con el 11M. El primero nos habla de una explosión de dinamita encartuchada y explosión por simpatía; en el 11M la dinamita estaba descartuchada y el detonador actuó sobre toda la carga. El segundo nos habla de una contaminación por contacto cuando la Fiscalía ya ha aclarado en nota pública que la contaminación se produjo por reacción química.

En resumen, de los presuntos "especialistas" de El Mundo tenemos: una diputada del PP, un tertuliano de Federico, un desconocido, y dos personas que hablan de cosas que nada tienen que ver con el 11M.

8. La Orquesta Mondragón

El 3 de mayo de 2006, Fernando Múgica publicó el siguiente artículo: "La furgoneta Kangoo del 11-M tenía una tarjeta del Grupo Mondragón en el salpicadero". La Policía desmiente la información: la única tarjeta de visita que había en la furgoneta era de la editorial madrileña Gráficas Bilbaínas, la empresa del dueño de la furgoneta y que no era una tarjeta de visita sino una tarjeta de mayor dimensión. Eso sí: había una cinta de la Orquesta Mondragón, que fue encontrada por la tarde en la comisaría de Canillas.

9. El Tedax imparcial

Luis Ángel Marugán Casado, Tedax de la Guardia Civil retirado por un atentado, es otro de los expertos que cita El Mundo para corroborar sus tesis sobre los explosivos. Si se le busca por Internet, se encuentran varios opiniones suyas en foros donde se dedica a insultar al presidente del Gobierno: "Zapatero, es la persona mas inadecuada, irresponsable, insulso, cinico, mentiroso y sectario, que podia ocupar el cargo que ocupa. Está rompiendo España, dando ayudas a los terroristas, llamando a extranjeros y todo por mantenerse en el sillón. Vergonzoso. Me siento humillado con este individuo." Más información en Periodismo Incendiario

10. Gráficas Bilbainas

"Post original en Periodismoincendiario" Entre las historias publicadas por El Mundo, una de las más delirantes aseguraba que los primeros policías que llegaron a la furgoneta Kangoo de Alcalá la mañana del 11-M vieron una tarjeta de visita del Grupo Mondragón. Una vez más, se trataba de darle un toque euskaldún al asunto para vincular la masacre terrorista con ETA. La Policía desmintió la existencia de tal tarjeta y aseguró que lo que había era una cinta de música de la Orquesta Mondragón, y que la tarjeta era de una empresa llamada Gráficas Bilbaínas.

Como el nombre de "Gráficas Bilbaínas" es igual de vasco que "Grupo Mondragón", la lógica dice que en principio debería servir de igual forma a El Mundo para su campaña de intoxicación. Y, sin embargo, el gran diario investigador no publicó ni una línea sobre los dueños o administradores de Gráficas Bilbaínas. ¿Qué raro, verdad? Demasiado raro. Así que parecía oportuno echar un vistazo a dicha empresa. ¿El resultado? ¡Eureka!

Gráficas Bilbaínas inició su actividad el 21 de enero de 1991, se dedica a la impresión y siempre ha tenido su sede en Madrid. Desde el año 2000, su administrador único es Luis Mateos de Vega. ¿Y quién es este señor? Pues una búsqueda en Google muestra que hay un Luis Mateos de Vega con una interesante trayectoria política: ocupó el séptimo puesto de una candidatura a las elecciones autonómicas de Madrid [1] (pdf) en 2003; se presentó por el mismo partido como cabeza de lista en Melilla a los comicios generales http://www.boe.es/boe/dias/2004/02/11/pdfs/A06255-06343.pdf (pdf) de 2004 y figuró en el noveno lugar de una candidatura a las elecciones al Parlamento Europeo en 2004. ¿Y de qué formación se trata? Pues nada menos que Democracia Nacional, una organización de extrema derecha. (...) en el censo sólo figura en toda España un Luis Mateos de Vega, nacido en 1967 y cuya dirección coincide con la sede de Gráficas Bilbaínas. Quedaría una remota posibilidad de que ambas personas no fuesen la misma, y es que existiese otro ciudadano de idéntico nombre que no estuviera censado. Ciertamente improbable. (el post sigue en el enlace indicado)

11. El Chino Cudeiro

Ya sabemos que no hay conexión entre Al Qaeda y el 11-M: La demostración definitiva, que por extensión señala a Zapatero con el dedo de insultar, nos la ofrece nada menos que el primo de El Chino, que nos cuenta alegremente cómo ETA estaba detrás de la comisión (término que al parecer emplea este personaje) de dicho atentado. Naturalmente, se le da la mayor credibilidad sin aportar ni una triste prueba: la palabra de este señor, del que se desconoce todo excepto que vive en Carabanchel Bajo, sobra y basta...

http://www.libertaddigital.com/php3/noticia.php3?cpn=1276275994

Es necesario decir que de esta prueba definitiva nunca más se supo.

12. El apuñalador del Joy intervino en la venta de explosivos

El 5 de enero El Mundo publicó esta noticia, cuando la fiscal del 11M, Olga Sánchez, no impone ninguna medida cautelar a Rachid Taichi y éste va a la carcel por el asesinato del Joy Eslava y no por estar estar relacionado con el 11M. El diario nunca rectifica la información.

http://www.lukor.com/not-esp/terrorismo/0601/09174251.htm

13. El Mundo sigue mintiendo con la Kangoo

En el artículo del 7 de agosto de 2006 se detectan varias trolas.

1- El Mundo miente cuando dice que Manzano "examinó la Kangoo "tres minutos" después de su llegada a Canillas". Los tres minutos fueron el tiempo transcurrido desde que le dan la noticia del hallazgo (estando en la cafetería) de explosivos hasta que llega a la furgoneta.

2- El Mundo miente cuando afirma que Manzano "lo único que vio fue la bolsa con los detonadores bajo el asiento del copiloto". Cuando se reune con el TEDAX que ha encontrado los objetos (después de que lo avisen, por estar él en la cafetería) lo que ve es "los siete detonadores y un resto de un cartucho en papel parafinado con unos gramos solamente de sustancia gelatinosa, que en principio parece que es dinamita. Todo ello está dentro de una bolsa de plástico de color azul, de las que se utilizan para la basura" Así pues no dice que fuese "lo único que vio". Como TEDAX, lo único importante para él eran los explosivos, no lo demás que pudiese haber.

3- El Mundo miente cuando afirma que "Ellos (la policía) hablaron también de un vehículo vacío, sin nada". La Policía dicen que "se detectó en el mismo la existencia de siete detonadores debajo del asiento del acompañante de conductor y en la guantera una cinta cassete con carátula con carácteres árabes y pequeños restos de material explosivo.". Además, no afirman que esto fuese lo único que había en la furgoneta. Como policias que son, lo importante para ellos era los objetos que arrojaban alguna luz sobre el caso, y por eso declaran los explosivos y la cinta.

4- El Mundo miente cuando afirma que la respuesta del inspector Luis Martín a la pregunta de la diputada del Grupo Mixto (¿Puede usted certificar que allí no había nada a la vista?) fue: "Lo certifico total y absolutamente". El párrafo real es el siguiente:

"La señora BARKOS BERRUEZO: Por tanto, estaba más que en primera fila. Entonces, ¿puede usted afirmar -lo ha hecho, pero yo digo en calidad de responsable de la custodia de la furgoneta-, puede usted certificar que allí no había nada a la vista?

El señor INSPECTOR JEFE DEL GRUPO LOCAL DE POLICÍA CIENTÍFICA DE ALCALÁ DE HENARES (Martín Gómez): Nada que nos llamara la atención.

La señora BARKOS BERRUEZO: Evidentemente; cuando hablamos de nada sabemos de qué estamos hablando, de esos famosos detonadores de los que hoy hemos podido leer en la prensa y ayer en algunos informes. A ese nada me he referido y nos hemos entendido perfectamente. ¿Lo certifica? Entonces, en el momento en que se abre la furgoneta, no estaban a la vista?

El señor INSPECTOR JEFE DEL GRUPO LOCAL DE POLICÍA CIENTÍFICA DE ALCALÁ DE HENARES (Martín Gómez): Lo certifico total y absolutamente."

Recordemos que la bolsa con los detonadores estaba DEBAJO del asiento, por lo que Luis Martín, el policía que abrió la furgoneta con la palanca para que el perro pudiera iniciar la inspección, no tuvo la posibilidad de verla.

Actas de la Comisión de Investigación 5. El Mundo miente cuando escribe: "el perro que olfateó el interior del vehículo aquella mañana del 11 de marzo tampoco fue capaz de detectar los detonadores que había debajo de uno de los asientos" que vendría a ser como si se quejara de que el perro no había olido el volante o los tapacubos...efectivamente: los perros no huelen detonadores como se explica en la misma comisión (página 10). Fernando Lázaro lo ha tenido que leer con total seguridad y sin embargo miente y manipula sin pudor.

6. El Mundo mintió, y sigue mintiendo con las fotos que publica de la Kangoo. Se inventa tanto la configuración interna de la furgoneta, como el tamaño y color de los objetos, así como su disposición en el interior del vehiculo.

Obras obras obras

Qué ilusión! ¡Habrá un nuevo hotelito en la Isla! Concretamente, en Las Teresitas, donde a ese genial arquitecto (aunque no sea tinerfeño ni marido ni hermano de nadie de por aquí), Dominique Perrault, se le ha ocurrido una idea divina. Esos agoreros que siempre lo están criticando todo argumentan que para qué carajo tenemos una moratoria inducida por el Gobierno de Canarias bajo el argumento de que ya hay demasiadas plazas hoteleras. Pero bueno, siempre hay algún truquito para quedar bien afirmando que a uno le preocupa mucho el medio ambiente y el exceso de plazas turísticas y seguir haciendo hotelitos. Es que este es un hotel urbano que nos va a mejorar un montón la vida a los habitantes de Santa Cruz de Tenerife. Sólo de pensar en cómo será la vida gracias a la urbanización de Las Teresitas, es que me emociono. Porque dejarla como estaba, para uso y disfrute de los habitantes de la ciudad, resulta poco creativo. Hay que hacer obras. Obras, obras.
Una ciudad sin obras es una ciudad muerta, sin ese agradable sonsonete de las taladradoras, sin movimiento. Hay que crear riqueza, más riqueza, esa riqueza que nos quieren arrebatar los negros que llegan en cayuco. Porque para seguir pagando los coches que nos impone un pésimo transporte público y los impuestos municipales, y los que abonamos cada vez que compramos una botella de agua, necesitamos que construyan en Las Teresitas. Por qué dejar que esa playa quede como estaba. Vamos a urbanizar. Muy cuidadosamente, eso sí. Sin dañar, creando riqueza. Bueno, de hecho, cada vez que uno de los habitantes de esta ciudad pasea por la playa lo hace con un rosario entre sus manos, rezando por la orilla para que haya un hotelito ¿Cómo podemos vivir sin él?
Aunque Las Teresitas ya empieza a ser insoportable durante el verano porque somos muchos los que no disponemos de yatecito para darnos un garbeo mar adentro, con el hotelito se propiciará que venga más gente a disfrutar de los magníficos servicios de la ciudad. Crearemos riqueza. Será maravilloso que quienes se alojen en el futuro hotelito vean el espectacular paisaje que se puede contemplar según se va a San Andrés a partir de Valleseco. Varias cementeras expanden su poético polvo gris por el lugar; un bello mar de contenedores recorre la costa y los enormes contenedores de crudo dan una pinceladita futurista nada desdeñable. Les encantará a quienes se alojen en el hotelito de la playa, ese hotelito del que tan necesitados estamos los canarios. Los canarios, que tanto sabemos de paisajes arruinados para crear una riqueza que nunca es suficiente. Que nunca lo será hasta que ya no quede tierra sobre la que construir riqueza y nos comamos el cemento.
Al fin y al cabo, todo se hace por nuestro bien. Los nacionalistas que participan en el Gobierno desde 1987 y presiden el mismo desde 1993 hacen todo lo posible para aumentar nuestra calidad de vida, entre otras cosas engrosando sus listas de asesores de cara a explicarnos lo bien que va todo (por si no somos capaces de captarlo) mientras los médicos del hospital tienen que llevarse sus batas para lavarlas en casa y la gente espera su guagua hacinada en una acera viendo enfrente una reluciente parada de tranvía que aún no existe (las malas lenguas hablan de un mal funcionamiento de las guaguas Santa Cruz -Laguna que haga bueno por necesidad el tranvía). Pero seguro que eso es culpa de Madrid. Porque aquí, lo que no funciona siempre es culpa de Madrid, y lo que funciona nos lo recordarán durante los próximos meses hasta las elecciones de mayo. Hasta la saciedad.

In the navy

La fragata Faycán Eolo, buque insignia de la Armada de la República Canaria Oceánica e Insular, sale en su primera misión. Adán Martín, ministro de Defensa (y Presidente, y todo lo demás menos ministro de Información y Turismo, no se fía de nadie en la nueva república, perdón, República), la envía a las costas de Senegal para que obligue a los cayucos a quedarse, so pena de vérselas con el insondable valor de las fuerzas armadas canarias, cuyo tradicional arrojo se retrotrae hasta los guanches que se defendieron con gallardía del pérfido godo invasor.
La fragata, al mando del recién estrenado capitán de ídem Ayoze Ventor Medina, intercepta una embarcación sospechosa. Ayoze toma un megáfono y grita.
-A ver, esteeee. Si tú no te voilás de volter a Senegal, nusoltres te metemos tres pepinos por el culo y te vas a enterar. ¡Viva Canarias!
-Pardón, mesié, ¿ques que ti di?
Ayoze se para y piensa: "Coño, hablan en inglés como en las canciones de reguetón, eso me lo sé. Se van a enterar".
-¡Que si no tiras pa´trás con la chalana, te meto dos puros que te quito er tunning!
-Escusemuá, mesié, ye ne comprapá...
-Te vas a enterar, negrito. A ver, ¡fuego con el cañón!
Sale a escena Zebenzuí del Cristo Lagunero, segundo de abordo.
-Capitán, el cañón no puede disparar, el artillero se quedó en casa porque salimos de Los Cristianos y él vive en Santa Cruz y dijo que era mucho camino, que no tenía ganas y se pedía un día de asuntos propios.
-Pues entonces... ¡fuego con las ametralladoras!
-En la ametralladora uno el artillero, que es de Tacoronte, está peleado con el cargador, que es de Arucas, por cuestiones futbolísticas. La ametralladora dos la vendimos en Cabo Verde para comprar un DVD y ver los capítulos repetidos de Madre no hay más que dos, la primera comedia canaria, como parte del plan de adoctrinamiento canarista.
-¡Abordémoslo! Dígale al corneta que toque el cuerno de cabra de guerra y arremetamos contra el infiel negro al son de nuestro himno: Soy la sombraaaaaa de un almendrooooo.
-Capitán, todo lo que usted quiera, pero está hablando a gritos con el equipo de un velero francés que está dando la vuelta al mundo, más que negros parecen algo rojos por el sol, ahora mismo nos enseñan el culo.
-¡Cómooor! Estoooo. Pardón, madmuasel, pardón -el barco francés se pierde.
-Zebenzuí, ¿qué es aquello oscuro que asoma por poniente?
-Una ballena calderón que ahora se sumerge, señor.
-Pues cuéntela como un cayuco hundido. Ya está, misión cumplida, no vamos a Dakar a fumar unos petas y que le den a la república. ¿Le gusta el reguetón, mi segundo?

Zaplana y la verdad

Siempre me he preguntado por qué Eduardo Zaplana está tan obsesionado con la verdad. Y me lo volví a preguntar el martes, cuando lo escuché en la radio, reclamando la verdad del 11-M, acusando a Zapatero de no decir la verdad sobre la misión de las tropas en Líbano o tratando de mentiroso al que se terciara. Puede ser que esta obsesión por la verdad le venga de la percepción de que el PP perdió las elecciones por ausencia de la verdad, o porque sueñe con el grito ciudadano de "queremos saber la verdad" en marzo de 2004, mientras ellos trataban de imponer la suya y él de contarla, como no han dejado de hacer. Pero la obsesión de Zaplana por la verdad es anterior a eso; esa obsesión lo llevaba frecuentemente a aclarar en sus comparecencias como portavoz del gobierno que hablaba "con toda sinceridad" o a prometer que no iba a mentir, como si viera en la cara de los periodistas la sospecha de que podría hacerlo. Quizá por ese amor a la verdad que lo posee lleve tan mal que se le diera por mentiroso en los días aciagos de la masacre, o tal vez, al comprobar que la mentira puede conducir a la derrota, que es lo que lleva peor, vaya sinceramente en busca de la verdad. Lo lógico, si es un hombre de orden, que no lo pongo en duda, pero tampoco nos lo ha demostrado, es que la verdad del 11-M la buscara de mano de policías y jueces, ya que de los políticos del Congreso no se fía, pero al escucharlo el martes supe que ni los policías ni los jueces son de fiar, que él busca la verdad siguiendo el camino de unos delincuentes, es decir, retando a que se determine si lo que un delincuente cuenta a un periódico es verdad o mentira. Que se investigue, que se investigue, que se diga sí o no, insistía. Ayer, otro periódico, pudo haberlo complacido: revelaba una conversación del delincuente con sus papás en la que se manifestaba dispuesto a contar los cuentos que se le pidieran a cambio de dinero. Ya sé que el hecho de que alguien cobre por una cosa o por otra no es lo que a Zaplana le importa más, ni si ha cobrado en negro o por medio de facturas falsas, pero como buscador de la verdad, el de ayer tenía que haber sido para él un buen día. Estaba, sin embargo, hecho una furia en Antena 3 porque le habían desmontado la función. Y es que, visto lo visto, no hay nada para un buscador de la verdad como leer El Mundo, igual que un devocionario, o escuchar piadosamente la emisora de los obispos que, no siendo ajena a sus empeños, podría hacerse eco del evangelista san Juan y proclamar con él cada día que "la verdad nos hace libres".

Vivir sin Fidel

Cuba es un hemisferio extraordinariamente hermético en donde la información ha estado siempre controlada y dosificada en virtud del estado permanente de guerra que está decretado por y contra los Estados Unidos de Norteamérica. Lo que desde fuera de la isla pudiera entenderse como una obsesión casi enfermiza, -la amenaza norteamericana- adquiere tintes de realidad cuando se analiza el conglomerado de disposiciones legales que han dictado, durante cuarenta y siete años, las sucesivas administraciones norteamericanas para terminar con la revolución cubana. Desde esos parámetros, del verdadero estado de salud de Fidel Castro no se sabrá más que lo que se quiera creer de los comunicados que periódicamente se vayan facilitando. Ninguna filtración es creíble y ningún informe confiable, porque ahora mismo la prioridad de la seguridad del estado cubano es el control sobre la información de la salud de su líder.

Existe un consenso generalizado en que nos encontramos en el último episodio de la vida de Fidel Castro, cuya salud ha sido sistemáticamente castigada por su forma de ser. No se sabe si su delicado estado médico puede tener un desenlace inminente, pero se converge en la idea de que ya no tiene recuperación posible.

La leyenda se confunde con la realidad en un hombre que siempre ha exhibido una voluntad de hierro en sus actividades políticas y cuyas obsesiones se han transformado siempre en medidas de inexcusable cumplimiento. Cuando él mismo afirma que está pagando sus excesos de trabajo, solo está diciendo la verdad.

Durante los últimos años, Fidel Castro ha desarrollado una carrera contra el tiempo que sabía que era escaso. Al apuntalamiento, en régimen de supervivencia, de la revolución cubana ha sobrevenido un entusiasmo por poder realizar, en sus últimos años de vida, el sueño del socialismo real cuando el mundo ya considera esa posibilidad como una pieza de museo. La revolución bolivariana de Hugo Chávez –insuflada por el petróleo a casi cien dólares el barril- y el descubrimiento de que Cuba podría ser una multinacional de la salud y la educación, esbozó una marcha trepidante hacia el pasado, como el relevo de la situación en la que la Unión Soviética facilitaba insumos y medios de vida y Fidel Castro diseñaba un expansionismo socialista. Ahora es el turno de Venezuela que sostiene la economía cubana como una receta que le conviene a Hugo Chávez enseñar en el mundo. La existencia del socialismo cubano le evita al presidente de Venezuela la necesidad de socializar la producción en un país en el que el petróleo estatal lo es casi todo. La izquierda ideológica está guardada por Fidel Castro y el populismo adobado de petrodólares es el instrumento adecuado para quien aspira al liderazgo continental en medio del estupor de Brasil, Argentina y Chile. Se vio claramente en la ciudad de Córdoba, en donde la cumbre de MERCOSUR, con la irrupción como socio de Venezuela, fue poco más que el escaparate de la exhibición mediática del veterano líder cubano y del recién emergido presidente de Venezuela, en un tándem que hasta ahora les reporta a cada uno casi todo de lo que carecen.
El expansionismo cubano tiene en Hugo Chávez el motor económico y en la preparación de los cuadros de la revolución, los especialistas que se necesitan para una gran progresión técnica, médica y cultural de países atrasados económicamente que han escogido sendas electorales de izquierda.

En los años setenta y ochenta, el internacionalismo cubano era militar, con Ché Guevara en las selvas de Bolivia y el ejército cubano combatiendo en Angola. Ahora la expansión es civil: más de treinta mil médicos, educadores, asesores deportivos y especialistas en distintas materias están desplazados en Venezuela, Bolivia y otros países tan dispares como algunos centroamericanos y otros tan distantes como Pakistán.

Mientras la salud cubana exhibía sus logros en el exterior, otra vez le toco al pueblo de Cuba un ejercicio de solidaridad para el que nunca fue consultado. El resultado es un creciente prestigio de la vigencia de la revolución cubana en los países del tercer mundo y un empeoramiento de las condiciones de vida internas porque ni siquiera Cuba puede soportar la sangría de médicos y profesores destinados en el exterior sin que la sociedad cubana se resienta.

A la hora de analizar el futuro de la isla sin Fidel Castro hay que tener presentes algunas variantes que se suelen olvidar. La primera es que en medio de un caos creciente en las instituciones del país, el ejército, los servicios de inteligencia y el Ministerio del Interior forman un conglomerado disciplinado que ha dirigido con mano de hierro y enorme eficacia quien ahora ha recibido el traspaso de poderes: Raúl Castro.

El Partido Comunista de Cuba es el otro tentáculo de esta inmensa red que tratará de sostener el castrismo sin Fidel Castro. Enfrente hay poca cosa, porque los grupos de la disidencia interna son poco menos que agrupaciones testimoniales, muchas de ellas trufadas por los servicios de inteligencia cubanos, que han hecho alarde de esa realidad cuando han querido desprestigiarlos.

La verdadera oposición al régimen está en el exterior y está nacionalizada norteamericana. Quienes controlan el lobby de poder cubano en la Florida han adoptado hace muchos años la nacionalidad estadounidense, disponen de representantes en los ayuntamientos más importantes de La Florida, en el gobierno del Estado y en la cámara de representantes y el Senado. No hay sino continuidad en sus intereses y en los del gobierno norteamericano, sin que se pueda precisar donde terminan unos y donde comienzan otros.

Es imposible predecir cómo será la relación de la comunidad cubana del interior con la de fuera de la isla cuando ya no exista la tutela y la vigilancia permanente de Fidel Castro. Tampoco hay noticia precisa de cómo serán las relaciones de la administración norteamericana que le toque asistir a una Cuba sin Fidel con quienes hereden la gestión de la revolución. Si Estados Unidos había aceptado tácitamente que había que esperar a la desaparición de Fidel Castro para plantear cualquier cambio de estrategia en Cuba, nada sabemos de lo que harán en los tiempos inmediatamente posteriores al fallecimiento del líder.

Existe, sin embargo, un consenso generalizado en todos los centros de pensamiento político norteamericano de que lo que ocurra en Cuba tiene que ser pacifico y ordenado. También se sabe lo que hay que evitar a toda costa: una crisis migratoria que invada las costas de La Florida, de una multitud de cubanos que piensen que es la mejor oportunidad de acceder al universo de confort norteamericano, y que la falta de autoridad en Cuba pudiera propiciar la aparición de mafias de narcotráfico, que siempre han deseado la isla como una inmensa lanzadera para el expansivo mercado norteamericano.

La inmensa mayoría de la población de Cuba que vive dentro de la isla está ahora mismo perpleja por la posibilidad de que exista una vida después de Fidel Castro, porque no han conocido nunca una realidad distinta a la derivada de su voluntad personal. No son previsibles otras manifestaciones públicas distintas de la adhesión y el apoyo a Fidel Castro y a sus disposiciones sucesorias. Pero tampoco es posible la pervivencia milimétrica de la revolución cubana sin la presencia física de su fundador. En los
últimos cuarenta y siete años no ha habido una sola medida en el universo del sistema cubano que haya contradicho la voluntad del Comandante. Los debates están próximos a aparecer y sus consecuencias deberán se analizadas con rigor y sin pasión.

Marketing extremo

El problema de Israel es de marketing. Se tarda menos en aterrarse ante la foto de otro niño libanés y/o palestino muerto que en atender a todas las explicaciones de la atractiva portavoz del Ejército israelí. Que si advirtieron a los habitantes del lugar de que se marcharan porque iban a bombardear (o sea, piérdete de aqui como puedas que si no teskacholacabesa, un detalle de humanidad), que si los de Hizbulá se ocultan entre civiles porque son muy listos, que si son errores, que si de por ahí venían misiles contra Israel y el que no se ha escondido, aunque sea en el sótano de una casa de tres pisos, tiempo ha tenido, que las bombas son así, caen donde les parece...
Todas esas explicaciones llegan después de que de nuevo te desayunes con otra foto de otro niño palestino muerto, pensando en lo que se parece a tu sobrino, a tu primito, a tu hijo, a tu nieto o a tu hermano el pequeño. Todas esas explicaciones a veces hasta te siembran una duda, porque es verdad que varios países asisten a Hizbulá, pero luego es verdad que el terrorismo palestino es respuesta a la represión también terrorista de Israel, represión producto del terrorismo palestino desmedido, terrorismo causado por una población sin esperanzas, y así podemos seguir con la enumeración hasta el final.
Israel antes tenía una atención por los detalles. Por ejemplo, asesinaba a un dirigente palestino en Túnez o detenía de aquella manera a un antiguo represor nazi en Argentina. Durante mucho tiempo se consideró a los servicios secretos de Israel como los mejores del mundo. ¿Qué les pasó? Quizá que la sutileza lleva tiempo y esfuerzo, mientras que un bombardeo con piezas de artillería autopropulsada (que eso es lo que se ve en las fotos por otra parte, nada de tanques o blindados, sino artillería autopropulsada) y otro bombardeo con aviones establece distancia y sobre todo evita víctimas propias. Con medidas de infiltración y contraguerrilla te la juegas. Pero la artillería siempre será matar a los que están detrás de la colina o bajo un edificio.
Mientras la exuberante portavoz del Ejército israelí dice que en medio mes arreglan el asunto y ganan la batalla, con cada cadáver de niño palestino o/y libanés a la hora del desayuno, con cada padre llorando en el informativo del mediodía, con cada desfile de féretros mostrado en el telediario de la cena Israel colabora un poco más en la indigestión colectiva. Van perdiendo, cada día un poco, pero lo peor es que ni siquiera saben cuándo y por qué cantar victoria.

¿Digital o Digicual?

En verano, el mundo se divide no sólo entre los que llevan bañador de pantalón (boxer aglutinador o bermuda voladizo) y los que llevan slip retrechero, sino también entre los que castañetean con el aire acondicionado y los que viven dentro de él. Los primeros ponen como condición al matrimonio que en el domicilio conyugal no entre un aparato de climatización, y los segundos prefieren quedarse cianóticos (cianosis periférica, eh) antes que apagar el artefacto. Eso, en verano. El resto del año, el mundo se divide entre los que, a estas alturas del espacio-tiempo, aún operan con windows 95 y los que truecan el ordenador con el cambio de las estaciones, como las serpientes mudan de piel. Y también se divide, no deja de dividirse, entre los que andan con el móvil cuidadosamente apagado, y los que lo llevan en la cintura, como el colt, y desenfundan con cualquier pretexto. Corren rumores de que aquéllos no fuman, y comen hamburguesas de soja, además de cantidades ingentes de yogur (desnatado, incluso). Los otros, en cambio, tiran las colillas/pipas al suelo y conducen todoterrenos de gasoil o coches tuneados. Es el eterno conflicto entre el inmovilismo ecologistón y el desarrollismo consumistoide. El buen salvaje de Rousseau vs Mi Tio de Jacques Tati. Posturas irreconciliables, asi sin más. Sin llegar a tales extremos, cabe preguntarse, no ya si el dinero hace la felicidad o la compra hecha, sino más bien si los adelantos tecnológicos han venido a endulzarnos la vida, o a amargárnosla. Porque ahora, por ejemplo, en vez de facturar el equipaje en tres minutos, se le pueden echar treinta, por la cosa esa de que el ordenador se ha colgado y/o la red está caída y/o el sistema no funciona. Por no hablar de las palanquitas que regulan el volumen de algunos aparatos desplazándose (supuestamente) por una escala de menos a más, pero que se resisten como jabatas a la presión del dedo empujante, con lo que el volumen pasa del murmullo al rugido, sin medios tonos. Sin olvidarse de los móviles de nueva generación, con sus infrautilizados gprs, mms, umts, wap, usb, java, bluetooth, tonos polifónicos, marcación por voz, texto predictivo, vibrador, manos libres (¿serán móviles realmente, o terminales de esputo y onanismo con diccionario online?), pero que a la hora de la anhelada verdad, a la hora de identificar la llamada entrante, lo dejan a uno in albis: para vislumbrar el display en la pantalla color, hay que remontarse a la era de las cavernas y buscar una cueva bien oscura pues, a poco que el sol incida en la infumable pantallita, no se ve un puto coño (o tres en un burro).  Pero lo peor no es eso. Lo peor es la pérdida de la capacidad de espera y ensoñación, como dice el profesor de semiótica, Javier Ramses. Porque antaño, cuando el amante escribía una carta, aguardaba días o semanas la respuesta de su amada, y ese lapso de tiempo le permitía evocar, anhelar, imaginar, y enriquecía su emoción. Pero ahora la inmediatez de los sms y los mails lleva al apremio, al garabato, al buen tuntún. Antes, despedir a una novia podía cifrarse en algo como: "Ha pasado la hora de compartir flujos y mareas, y el solsticio de verano dejará de sorprendernos brotando como soja del humus del amor?" y en lo que la destinataria descifraba el mensaje, podía ocurrir de todo: hasta una reconciliación. Ahora, basta con mandar un sms elíptico con cuatro monosílabos: "ya no t q. K t den". Todo tan manifiesto y expreso como un puñetazo en las bembas. Y así, tan ricamente, "nos va"--(copyright by Mario)--. Entre lo digital y lo digicual corren segundos de carton piedra.

Gangas


Mi padre era un gran aficionado a comprar en el rastro de Madrid. Siempre aparecía con algún aparato, orgulloso de haber localizado una perla en ese mar de medusas baratas. Yo, que no era capaz de diferenciar una perla de una canica, me asombraba de las posibilidades que tenía ese lugar denominado rastro. Quizás por su culpa, yo también me aficioné a visitar todos aquellos mercadillos en los que esperaba encontrar tesoros ocultos como hacía el. Sin embargo, por falta de dedicación o de intuición, nunca he sido capaz de encontrar la lámpara de Aladino y sí, mucha basura inútil. Por eso, me especialicé en comprar libros de segunda mano, sobre todo de autores descatalogados o libros juveniles. En los rastros he conseguido las aventuras del comisario Maigret, ya que, por desgracia, Tusquet detuvo su publicación hace unos años cuando iba por la mitad de la colección. El resto sólo se pueden conseguir rebuscando en rastros y mercadillos de segunda mano, lo cual es una pena porque las traducciones de antes son bastante malas y la edición de Tusquets con portadas en colores pastel era fantástica y, además, bien traducida. Una vez, conseguí comprar veinte de los viejos ejemplares de golpe y al hacerlo pensaba en la persona que había poseído esos volúmenes. Supuse que sería un señor mayor que quizás había muerto y ahora se vendía de saldo su biblioteca. Bastante barata por cierto, los veinte ejemplares me costaron como un bocadillo de queso. Otro día, compré un libro de Lorenzo Silva en la versión original de la editorial Destino. El tomo estaba nuevo, sin abrir y recuerdo que pagué cien pesetas de las de antes. Mi sorpresa vino cuando lo abrí y en su interior descubrí una dedicatoria: "Para mi nieto, para que entre en el maravilloso mundo de los sueños e ilusiones que proporcionan los libros". Me dio pena por ese abuelo, porque estaba claro que su nieto no se había aficionado a la lectura, al menos, no con ese libro. Pero como el destino tiene una cierta justicia poética, fui yo el que me aficioné a Lorenzo Silva y después de terminar la novela, me compré todos sus libros anteriores. Desde entonces disfruto con ese autor y siento una cierta pena cuando compro libros en rastros, porque sus dueños quizás estén muertos o desprecien las novelas. Ya no me siento como un buscador de tesoros sino como un trabajador social que va rescatando ancianos perdidos o niños desorientados. Cuando compro un libro, al llevarlo a mi casa, es como si lo hiciera renacer de alguna manera y aunque eso es bueno, me siento un poco agitado con todo el proceso. Mucho más desde que descubrí que la palabra "rastro" tiene su origen en el rastro de sangre que dejaban las reses desde el matadero al mercado de Madrid. Ya no me hace gracia el nombre, la tristeza de esos animales muertos me persigue junto con la melancolía de los libros sin abrir. Pero como todo puede empeorar, hace dos meses, buscando un disco, me encontré con una sorpresa, no sabría decir si buena, mala o terrorífica. En un puesto, un cuaderno de espiral  abandonado me miraba con la misma cara que un perro sin dueño. Yo sentí un agujero en el estómago, porque lo conocía, claro que lo conocía, cómo que lo había escrito yo mismo. Y regalado a una persona que devoraba todo lo que yo escribía entonces. No pude evitar el gesto de comprarlo y llevarlo a casa. Estaba sin abrir, pero yo estaba abierto en canal, sangrando como esas reses que llevaban al mercado. Siempre quise que mis escritos tuvieran difusión y que se encontraran en todos lados, pero no estaba preparado para esto. Me he convertido en una ganga sangrante y quizás eso sea bueno, quizás, pero no estoy seguro. Yo por si acaso dejaré de ir al rastro durante una temporada, hasta que acepte mi nueva condición de oferta veraniega. ¿Estaré de promoción o desahuciado? Prefiero no saberlo.

Microcosmos

Que el mundo es muy grande pero el mío personal es pequeño, ya lo dijo Benedetti en uno de sus poemas. Desde que lo leí no he dejado de certificar la verdad de esas pocas palabras, porque de joven uno quiere conocer el mundo, el universo le parece pequeño, pero de repente las cosas cambian y se da cuenta que su mundo es pequeño y que además le gusta de esa manera. La publicidad nos vende la fama como objetivo vital, el viaje como modo de existencia, el cambio como valor universal y eso está bien, porque es bueno salir, conocer lugares y gentes, ampliar nuestras miras. Así que si eres joven, la frase del poeta uruguayo te parece una chorrada, algo que sólo dicen los viejos caducos sin ambiciones ni ilusiones.
Pero de repente, los años pasan y vuelves a leer la misma frase y te detienes unos segundos, porque ya no te parece tan disparatada. Quizás el poeta no iba desencaminado, quizás tú mismo sueñas con un mundo pequeño y cálido, quizás, incluso lo necesitas. Porque por encima de todas las consideraciones, está la de que los hombres necesitan un mundo pequeño a su alrededor, un sitio acogedor que los espere al final del día, que les restaure de las heridas de la guerra cotidiana y del paso del tiempo. Por eso yo, conforme cumplo años, miro las nuevas tecnologías con una cierta condescendencia. Internet y la telefonía móvil son sustitutos tecnológicos de la cercanía, nada más y nada menos. Sigo hablando con pocas personas, pero ahora cada una de ellas está en un sitio del mundo. Mi página de Internet me permite encontrarme con unos pocos amigos, pero ya no tenemos que estar todos juntos para poder hacerlo. Hemos ganado en distancia y por lo tanto necesitamos medios complejos y caros para seguir relacionándonos.
Cuando empecé a escribir, tenía cinco o seis lectores fieles (o quizás locos). Amigos o familiares que me leían básicamente porque me conocían y porque me tenían cariño. Unos años más tarde, he conseguido algunos lectores más, pero en mi mente sigo teniendo esos pocos asiduos a mis textos. Es un poco raro pensar así, pero es la única manera posible de sobrevivir emocionalmente sano y además, en cierto modo, la realidad que nos acompaña es así. Escribimos y vivimos para poca gente. Nuestro mundo es pequeño, nuestros diarios, nuestras bitácoras, les interesan sólo a unas pocas personas. En general somos anónimos, extraterrestres de nuestro propio planeta. La tecnología lo único que hace es permitir que nuestras amistades, distribuidas por el globo sigan en contacto con nosotros. En cierto modo somos como bebés, que miramos asombrados el mundo, lleno de excavadoras y misterios, pero necesitados de la compañía de nuestros padres.
Desde que mi hija llora por las mañanas cuando me marcho de casa, me he dado cuenta de que mi mundo es cada vez más pequeño y lo peor es que me gusta. Me gusta saber que hay alguien que mide la distancia en metros, que me necesita a la vista, que llora si no me ve. Ya no necesito saber si hay vida en otros planetas para ser feliz, me basta con saber que hay vida en mis cercanías para desear regresar pronto a mi casa. De repente mi mundo es pequeño y yo soy extrañamente feliz. ¿Será grave? ¿Estaré viejo o enfermo? Algunos conocidos me dicen que no me preocupe, pero que me cuide, porque ahora tengo más responsabilidades y yo, me miro en el espejo, y por primera vez me preocupa estar vivo. Así que estoy acabado, porque cuando a uno le preocupan estas cosas, es cuando le falla el corazón o se le dobla la espalda. Pero siempre tendré los versos del poeta, para acompañarme en este mundo pequeño que me rodea, lo cual no es poco cuando uno cumple años y canas al mismo tiempo.

Miradas de papel

Desde hace unos días me siento observado en el rellano de mi casa. Es algo más que una sensación, es la certeza de que está ocurriendo. En realidad sé perfectamente el aspecto del hombre que me mira, no es muy mayor, con gafas y con cara de no estar especialmente interesado en nada de lo que hago yo o cualquiera de mis vecinos cuando recorremos ese pasillo común del edificio. Lo peor, no es que nos mire con mucha seriedad, sino que su mirada está multiplicada o quizás nuestros ojos se han vuelto como los de los insectos y vemos su cara infinidad de veces. Contemplamos sus pupilas, repetidas hasta contar ocho, clavadas en nosotros y en nuestras rutinas domésticas y yo me siento incómodo, porque él no sabe que nos está mirando y quizás, en definitiva, seamos nosotros los que le contemplamos. Porque cuando se mira un retrato y el retrato te mira a ti ¿Quién es el observador y quién el observado? La pregunta no tiene solución, pero las fotos olvidadas o perdidas en mi rellano sí. Un amable vecino las puso sobre un zócalo de madera que hay a media altura, en el pasillo, todas juntas, como si fuesen una baraja de naipes. El objetivo era que su dueño las pudiese recuperar en caso de volver al edificio. Pero el hombre no regresó, o si lo hizo, no quiso saber nada de sus fotos de carné. El rellano comenzó entonces a ser observado por esa mirada de papel y nosotros los vecinos empezamos a toparnos con sus ojos jornada tras jornada. Conforme pasaban los días la situación era cada vez más molesta, ya que nadie se atrevía a quitar esa imagen de ahí, por si acaso su dueño regresaba finalmente.
Así que como ocurre siempre, cuando algo no se arregla, la cosa empeoró. Alguien, por afán de broma, o de venganza, rompió la baraja y colocó las fotos una al lado de otra. De repente ya no era una cara la que te miraba sino cuatro. Cuatro miradas idénticas que clavaban en los vecinos sus pupilas de papel cubiertos de gafas. Mi situación pasó de ser un leve desasosiego a una tremenda inquietud. Cuando cruzaba ese pasillo tenía miedo de levantar mi mirada y encontrarme con las suyas. Me sentía culpable por no quitarlas de allí, pero también me sentía culpable por pensar en quitarlas, incluso por mirarlas. Si el alma de una persona queda encerrada en una fotografía, nosotros estábamos contemplando el alma múltiple de ese hombre y quizás él, en la distancia, se sentiría observado y también intranquilo.
Durante unos días procuré no transitar por ese pasillo. Para salir a la calle lo hacía a través del garaje, como si fuera un coche o un cobarde. No tuve valor de comentar el caso con ningún vecino, tenía miedo de parecer un neurótico o un loco. Pero estoy seguro de no ser el único que tiene problemas con esa mirada múltiple porque ayer alguien había movido las fotos. Ahora sólo había dos imágenes, una de frente y la otra situada en el lateral. Me sentí como un convicto al que fotografían para su ficha policial y por eso estuve a punto de levantar la mano y quitar a ese guardia del zócalo de madera. No lo hice, pero durante todo el día estuve tan inquieto como si me hubiese tragado una pelota de goma y no supiese si digerirla o ponerme a botar. Hoy he decidido robar una de esas imágenes y ponerla en mi diario de papel. Así podré mirarla cuando quiera y no al revés. Tengo además la sensación de que de esta manera le hago un favor al dueño de la cara, porque por fin sus ojos y, el alma que hay atrapada en ellos, encontrarán reposo en el silencio de mi diario. Será mi buena acción del día o quizás del año.