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Nadir

Obras obras obras

Qué ilusión! ¡Habrá un nuevo hotelito en la Isla! Concretamente, en Las Teresitas, donde a ese genial arquitecto (aunque no sea tinerfeño ni marido ni hermano de nadie de por aquí), Dominique Perrault, se le ha ocurrido una idea divina. Esos agoreros que siempre lo están criticando todo argumentan que para qué carajo tenemos una moratoria inducida por el Gobierno de Canarias bajo el argumento de que ya hay demasiadas plazas hoteleras. Pero bueno, siempre hay algún truquito para quedar bien afirmando que a uno le preocupa mucho el medio ambiente y el exceso de plazas turísticas y seguir haciendo hotelitos. Es que este es un hotel urbano que nos va a mejorar un montón la vida a los habitantes de Santa Cruz de Tenerife. Sólo de pensar en cómo será la vida gracias a la urbanización de Las Teresitas, es que me emociono. Porque dejarla como estaba, para uso y disfrute de los habitantes de la ciudad, resulta poco creativo. Hay que hacer obras. Obras, obras.
Una ciudad sin obras es una ciudad muerta, sin ese agradable sonsonete de las taladradoras, sin movimiento. Hay que crear riqueza, más riqueza, esa riqueza que nos quieren arrebatar los negros que llegan en cayuco. Porque para seguir pagando los coches que nos impone un pésimo transporte público y los impuestos municipales, y los que abonamos cada vez que compramos una botella de agua, necesitamos que construyan en Las Teresitas. Por qué dejar que esa playa quede como estaba. Vamos a urbanizar. Muy cuidadosamente, eso sí. Sin dañar, creando riqueza. Bueno, de hecho, cada vez que uno de los habitantes de esta ciudad pasea por la playa lo hace con un rosario entre sus manos, rezando por la orilla para que haya un hotelito ¿Cómo podemos vivir sin él?
Aunque Las Teresitas ya empieza a ser insoportable durante el verano porque somos muchos los que no disponemos de yatecito para darnos un garbeo mar adentro, con el hotelito se propiciará que venga más gente a disfrutar de los magníficos servicios de la ciudad. Crearemos riqueza. Será maravilloso que quienes se alojen en el futuro hotelito vean el espectacular paisaje que se puede contemplar según se va a San Andrés a partir de Valleseco. Varias cementeras expanden su poético polvo gris por el lugar; un bello mar de contenedores recorre la costa y los enormes contenedores de crudo dan una pinceladita futurista nada desdeñable. Les encantará a quienes se alojen en el hotelito de la playa, ese hotelito del que tan necesitados estamos los canarios. Los canarios, que tanto sabemos de paisajes arruinados para crear una riqueza que nunca es suficiente. Que nunca lo será hasta que ya no quede tierra sobre la que construir riqueza y nos comamos el cemento.
Al fin y al cabo, todo se hace por nuestro bien. Los nacionalistas que participan en el Gobierno desde 1987 y presiden el mismo desde 1993 hacen todo lo posible para aumentar nuestra calidad de vida, entre otras cosas engrosando sus listas de asesores de cara a explicarnos lo bien que va todo (por si no somos capaces de captarlo) mientras los médicos del hospital tienen que llevarse sus batas para lavarlas en casa y la gente espera su guagua hacinada en una acera viendo enfrente una reluciente parada de tranvía que aún no existe (las malas lenguas hablan de un mal funcionamiento de las guaguas Santa Cruz -Laguna que haga bueno por necesidad el tranvía). Pero seguro que eso es culpa de Madrid. Porque aquí, lo que no funciona siempre es culpa de Madrid, y lo que funciona nos lo recordarán durante los próximos meses hasta las elecciones de mayo. Hasta la saciedad.

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