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Nadir

In the navy

La fragata Faycán Eolo, buque insignia de la Armada de la República Canaria Oceánica e Insular, sale en su primera misión. Adán Martín, ministro de Defensa (y Presidente, y todo lo demás menos ministro de Información y Turismo, no se fía de nadie en la nueva república, perdón, República), la envía a las costas de Senegal para que obligue a los cayucos a quedarse, so pena de vérselas con el insondable valor de las fuerzas armadas canarias, cuyo tradicional arrojo se retrotrae hasta los guanches que se defendieron con gallardía del pérfido godo invasor.
La fragata, al mando del recién estrenado capitán de ídem Ayoze Ventor Medina, intercepta una embarcación sospechosa. Ayoze toma un megáfono y grita.
-A ver, esteeee. Si tú no te voilás de volter a Senegal, nusoltres te metemos tres pepinos por el culo y te vas a enterar. ¡Viva Canarias!
-Pardón, mesié, ¿ques que ti di?
Ayoze se para y piensa: "Coño, hablan en inglés como en las canciones de reguetón, eso me lo sé. Se van a enterar".
-¡Que si no tiras pa´trás con la chalana, te meto dos puros que te quito er tunning!
-Escusemuá, mesié, ye ne comprapá...
-Te vas a enterar, negrito. A ver, ¡fuego con el cañón!
Sale a escena Zebenzuí del Cristo Lagunero, segundo de abordo.
-Capitán, el cañón no puede disparar, el artillero se quedó en casa porque salimos de Los Cristianos y él vive en Santa Cruz y dijo que era mucho camino, que no tenía ganas y se pedía un día de asuntos propios.
-Pues entonces... ¡fuego con las ametralladoras!
-En la ametralladora uno el artillero, que es de Tacoronte, está peleado con el cargador, que es de Arucas, por cuestiones futbolísticas. La ametralladora dos la vendimos en Cabo Verde para comprar un DVD y ver los capítulos repetidos de Madre no hay más que dos, la primera comedia canaria, como parte del plan de adoctrinamiento canarista.
-¡Abordémoslo! Dígale al corneta que toque el cuerno de cabra de guerra y arremetamos contra el infiel negro al son de nuestro himno: Soy la sombraaaaaa de un almendrooooo.
-Capitán, todo lo que usted quiera, pero está hablando a gritos con el equipo de un velero francés que está dando la vuelta al mundo, más que negros parecen algo rojos por el sol, ahora mismo nos enseñan el culo.
-¡Cómooor! Estoooo. Pardón, madmuasel, pardón -el barco francés se pierde.
-Zebenzuí, ¿qué es aquello oscuro que asoma por poniente?
-Una ballena calderón que ahora se sumerge, señor.
-Pues cuéntela como un cayuco hundido. Ya está, misión cumplida, no vamos a Dakar a fumar unos petas y que le den a la república. ¿Le gusta el reguetón, mi segundo?

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