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Nadir

Mentiras de papel

Los suplementos de los periódico son mentira. Las revistas con recomendaciones de regalos para Navidades (un estuche de especias, treinta euros; pimienta suelta en el mercado, unos céntimos) son una bola. Y los planes de pensiones, y los viajes de puente o de fin de semana, y los coches tipo wagon, y las televisiones gigantes de pantalla plana, los home cinema y esa cocina de superdiseño que te quieres hacer como la que viste en otra revista. Es decir, todo esto es real, pero para la mayoría de los españoles es un sueño lejano, solo posible con un entrampe de por medio o en los anuncios de, otra vez, esas revistas que te compras para ver lo que no te puedes comprar: el mundo a tres euros, ni siquiera soñar ya es gratis.
La economía en España crece, en Canarias crece incluso más, pero nadie se entera. Más bien parece que se enteran unos pocos, mientras los demás siguen maldiciendo al euro y ajustando para llegar a fin de mes. No se pasa hambre, pero tampoco se puede ir a más, o por lo menos ir a esa mentira a tres euros de las revistas y los suplementos dominicales.
Hay una parte de nosotros que sí puede hacer eso: soñar a través de los anuncios de colorines, poesías cromáticas de Photoshop a una página, incluso pensar en un crédito, en unos plazos, en una tarjeta para hacerse con la tontería del momento. Pero hay muchos que no. Justo un veinte por ciento de los españoles vive por debajo del umbral de la pobreza, o sea, con menos de 369 euros al mes. Con eso no da para prácticamente nada, y mucho menos para pagar una conexión a internet y leer esto, así que tampoco se para que lo escribo. Y así vive uno de cada cinco españoles. Aquí es peor, porque casi uno de cada cuatro hogares canarios está en riesgo de pobreza.
Lo de siempre, otra estadística más perjudicial para Canarias. El Archipiélago siempre pinta así: en la cola cuando se escruta algo positivo, a la cabeza cuando el objeto de estudio es negativo. Es una situación que cansa bastante, es rematadamente aburrido que tengamos los peores sueldos y la cesta de la compra más cara, los peores índices de lectura de periódicos, campeones en lo bueno y vencedores en lo malo, siempre así. Canarias es una mierda.
Pero mientas tanto, Canarias sigue creciendo, pero no sabemos muy bien para quién está creciendo ni en beneficio de quién. Solo sabemos que algunos podemos soñar con la página de la revista y otros ni siquiera pueden comprarla.

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