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Nadir

Lo entiendo

Le interesan las conversaciones entre Nueva Canarias, el chiringuito de Román Rodríguez, y el PSC-PSOE? ¿Verdad que no? ¿Verdad que el propósito de algunos egregios militantes de NC, como Pedro Quevedo, de convertirse en una suerte de Euskadiko Ezquerra canaria se la trae totalmente al pairo? Exactamente igual que la reunión semisecreta de Mario Rodríguez y Adán Martín en la residencia presidencial de Ciudad Jardín. No creo que esté particularmente expectante por saber de qué hablaron. Ni por saber si el señor Rodríguez es uno de los siete enanitos pleitistas cuyos nombres amenaza con dar, una y otra vez, Paulino Rivero, el Bello Durmiente. ¿Piensa usted que todo esto es una burda estrategia? Huumm. ¿Rivero azuzando a Soria para que Soria se ahorque en el insularismo grancanarista hundiendo al PP en Tenerife? ¿Quizás las declaraciones de ayer de Castro Cordobez, portavoz del Gobierno, asegurando que se invertirá más en Tenerife durante los próximos años para corregir el pequeño pero cacareado desequilibrio, van en el mismo sentido? No, veo que tampoco le importa mucho. Lo veo tomándose una garimba y quejándose del calor que empieza a apretar por sobre pleitistas, enanos, empresarios y políticos. Aunque le advierto que todos los enanos tienen aire acondicionado: les basta con saltar un poco y agitar los brazos. Se refrescan enseguida. ¿Le resulta interesante, al menos, la foto del Consejo de Gobierno alrededor de la Virgen de los Reyes? ¿Que qué hace un Gobierno posando con una virgen? ¿O creerán que es la virgen la que posa con el Gobierno? ¿Que por qué Adán Martín, ya puestos, no nombra al nuevo obispo de la Diócesis Nivariense consejero de algo? Consejero de Fuertes Hostias, por ejemplo. Es un cargo que le va a hacer mucha falta en lo que le queda de mandato. ¿Que la cuota palmera ya está cubierta? Ah, perdone, le ruego que me perdone, usted no se pregunta nada. Nada de nada. Créame que lo entiendo perfectamente. Usted está pensando que, después de las vacaciones, no le va a quedar un puto euro en su ya tuberculosa cuenta corriente. O peor aun: usted discurre que ya se le han agotado los amigos, conocidos y contactos para buscar curro y antes de fin de año se le acaba el subsidio. ¿Ha leído el informe del Consejo Económico y Social? No, no, disculpe. Lo entiendo. No le interesa un carajo.
Hace algunos años alguien le reprochó a Augusto Monterroso que escribiera casi exclusivamente de libros, de poemas y de escritores. Monterroso se lo pensó un momento y reconoció que así era, en efecto. Y decidió corregirse en la anotación que esa mañana hizo en su diario. "Hoy vi a un niño. Tenía la cara triste y me dijo que tenía hambre. Le di una moneda y desapareció". Al día siguiente escribió un párrafo muy bueno sobre Rubén Darío.

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