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Nadir

La AVT y su odio apostólico

Varios miembros de la prensa resultaron agredidos por un grupo de unos 30 exaltados en la manifestación que había convocado la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), junto con otras dos asociaciones de víctimas, para protestar por el cierre de la comisión del 11-M. No quiero decir con ésto que los energúmenos del pasado viernes obrasen alentados por la AVT, pero lo cierto es que la radicalidad de la postura de la asociación de vícimas mayoritaria en España ha arrastrado consigo a lo peor de una intolerancia casposa y manida. La inexplicable deriva de la asociación que, en contra de lo que reza en sus estatutos (léase: "Prestar apoyo y aunar a la familias víctimas del terrorismo"), ha conseguido en poco tiempo dividir totalmente a éstas, solamente puede explicarse por el cambio en su dirección. El golpe de timón aplicado por Francisco Alcaraz ha provocado, entre otras cosas, el enfrentamiento directo con la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT),otra de las principales asociaciones de víctimas, la reprobación de Gregorio Peces Barba, Alto Comisionado para las Víctimas, la destitución (vía fax) de Daniel Portero, abogado de la AVT durante ocho años y, sobre todo, un clima de tensión constante con el Gobierno. Hoy mismo se conocía la dimisión de la presidenta de la FVT, Ana María Vidal-Abarca y en su rueda de prensa no ha dudado en calificar a Alcaraz como un "detonante" de su decisión. Reconoce que hay división entre las víctimas y que se ha politizado demasiado. Por supuesto que cualquier asociación tiene derecho a expresar sus opiniones y reclamar sus derechos, pero de ninguna manera debe alzarse en un poder fáctico que condicione la política terrorista. No le corresponde. Esta asociación, que se define como "apólítica y benéfica", se ha convertido en un instrumento más de oposición. Alcaraz, que sufrió el asesinato de su hermano a manos de ETA, dirige la AVT desde hace un año con el pulso que su formación religiosa le han conferido. Ex-jesuita y ex-evangelista, dice que no defiende ninguna ideología, y que la falta de libertad empieza al definirse "de izquierdas o de derechas". Pero el motivo de la convocatoria de la manifestación del viernes era un hipotético "cierre en falso" de la comisión del 11-M que, no hay que olvidar, han consensuado todos los partidos excepto el PP. Si Alcaraz sostiene, a estas alturas, la tesis de una posible conexión islamista-ETA no hace sino dar argumentos a los que lo colocan directamente bajo los tentáculos de Génova.

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