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Nadir

Vidal y el Siglo XXI

Ser de derechas es la gran protesta del siglo XXI. No hay nada más insurgente y revolucionario hoy en día que ser de derechas... Eso dicen algunos de derechas que salen del armario ideológico para justificar ciertas posiciones indefendibles. ¿Qué es ser de derechas? Ni idea. La visión que tengo es que normalmente los que se califican como "de derechas" ocultan, bajo un barniz entre neoliberal y nacionalista (ejpañó), a un reaccionario. Por más que lo intentan, de vez en cuando les sale algún eructo fachosillo porque, simplemente, no lo pueden contener.
Hay un penúltimo escándalo que revela esta dualidad del derechoso moderno: el caso de César Vidal, escritor incontenible (e inconcebible), opinador de prácticamente todo (de tanto que mete mucho la pata) y adalid de esa derecha de doble filo y cuádruple moral . Lanzó unas declaraciones miopes sobre el cartel de un festival de cine lésbico y gay que se va a celebrar en Cataluña. Como en el cartel sale un niño, Vidal enlazó con la pedofilia, acusó a los homosexuales de "perseguir a los niños" y así estuvo un rato hasta que se le pasó la perrera. La noticia corrió por diversos medios digitales, donde los lectores dejaban comentarios según su ideología. Mientras los aparentemente más progresistas pedían respeto y medidas legales contra Vidal, los cesarófilos incluso estaban dispuestos a inmolarse por él. Florecían además varios comentarios del tipo de que la homosexualidad es una deformación genética, del asco que le da a ciertas personas que un "maricón de mierda" se le insinúe (qué ingenuos, como si los homosexuales estuvieran todo el rato metiéndole mano a todo lo que se mueve) y demás información de primerísima mano obtenida a buen seguro de mamá internet.
La homofobia histérica es un recurso habitual de estos derechosos revolucionarios. ¿Qué les preocupa? Ni idea. Pero frases como: "Intentar cazar a los niños, que es uno de los objetivos del movimiento gay", dichas por César Vidal, ocultan una intransigencia y una pasión por la mentira difícil de catalogar. Materia para un psicólogo, porque la homofobia es tema de estudio. Porque, interpretando a Vidal con el mismo sesgo con el que él modula la realidad, los niños no son gays, los niños son puros y castos, no se hacen pajas, no se excitan con un desnudo. Que canten los niños que tienen la voz.
Cuando buscamos una normalidad tranquila llegan algunos a buscar un mundo anormal donde nadie es gay ni se pueden organizar festivales de cine gay, donde nadie sufre represión por gay, pero donde es un asco que haya tanto gay.
Hay varias denuncias contra Vidal. Da un poco de grima meterse en estos berenjenales, pero donde no llega el buen tino ni la elegancia ni la simple inteligencia, tampoco creo que actúe la justicia.
Y no, no son ni tan modernos ni tan revolucionarios ni tan valientes como ellos se creen. Son simples gritones que como todos los que viven escondidos dentro de la cobardía hasta se creen sus propios y falsos montajes.

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