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Nadir

Ciudadanía Cero

Horas, muchas horas escuchando la radio en la madrugada oscura como boca de lobo, lobo desdentado de torretas, cientos de llamadas a las emisoras de radio, incesantes preguntas a Willy García o a Pepe Moreno. Aquí no hay luz. Aquí vino a las nueve y se fue a medianoche. Llevamos tres días sin luz y dos sin agua. ¿Y en la casa de Zerolo hay luz? He visto luz en la casa de Ana Oramas, bueno, no la he visto, pero me lo contó el amigo de un pariente de mi cuñado. Tengo tres niños y no puedo darles el biberón caliente. ¿Cuándo vuelve la luz en El Tablero? Se están olvidando de Arico. Esto es indignante. ¡Son todos unos golfos! ¿Hay clase mañana?. Escuché cientos de llamadas cruzando una noche interminable y ni una, ni una sola de las llamadas, era para ofrecer ayuda. Ni una sola llamada ofreciendo velas. Ni una sola llamada de un vecino ofreciendo su pequeña instalación de butano. Ni una persona indicando lo más modesto, lo más humilde, un establecimiento donde todavía se pudieran adquirir pilas, o advirtiendo, sencillamente, que tal cruce estaba particularmente a oscuras o que un grupo vociferante y patibulario, no sé, transitaba por tal calle amedrentando a los peatones incautos. Indignarse. Era la asignatura obligatoria de la madrugada. El individuo dimite de su responsabilidad en lo colectivo y lo colectivo la traspasa al Gobierno o, en el mejor de los casos, a la administración pública. Yo no debo hacer nada. Quedarme en casa y llamar a la radio para quejarme gemebunda o furiosamente. Pero que nadie me toque a la puerta a pedirme algo. Es lo que las autoridades han llamado "el civismo del pueblo tinerfeño".
Las autoridades. Profunda y metódica reflexión: Jooooder. Esto va para largo y la gente se está empezando a calentar. Tres días sin corriente eléctrica se olvidan antes de las elecciones, pero tres semanas, pues no. La vía está clara: leña a Unelco que es de goma y ahora no da corriente. Unelco es la bestia. Unelco es un mal teológico. Unelco como chivo explicatorio, como diría Les Luthiers. El Gobierno de Canarias tiene la potestad inspectora y sancionadora de la distribución de la energía eléctrica y CC lleva doce años ininterrumpidos en el poder, y hasta el nombramiento de Marisa Tejedor, siempre ha tratado a la Consejería de Industria como una portería por donde cualquiera puede colarse, pero leña a Unelco, que al mismo tiempo lo ha hecho muy bien y merece un expediente informativo.
Los manifestantes. Mil personas protestando contra el apagón eléctrico cuando ya está repuesto el 90% del servicio. Un grupito se desgaja y llega hasta el Auditorio y le grita hijos de puta a los vecinos que están entrando a un concierto. En Nueva York, con dos mil muertos en las Torres Gemelas, se enorgullecieron al abrir al cabo de una semana cines, teatros y restaurantes. Aquí no. Aquí al Auditorio, a cagarse en la madre del que entra al concierto, y luego de garimbas a La Noria.

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