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Nadir

Ventanillas y ventanas

La CIA ha puesto en marcha una investigación para averiguar quién filtró a la prensa la información sobre las cárceles secretas que EE UU tiene repartidas a lo largo y ancho del mundo. A la CIA no le importa que estas cárceles sean ilegales o que en ellas se obtenga información a punta de destornillador; le da igual que en estas cárceles se violen o no los derechos humanos porque los derechos humanos los lleva otro departamento. A ver si vamos entendiendo en qué consiste la división del trabajo. Quizá no esté bien que un sargento arrastre a un preso (ilegal) de la correa de un perro, pero esa reclamación no corresponde a esta ventanilla. Lo que nosotros tenemos que averiguar es el nombre del pervertido que fotografió al perro y envió el documento a un periódico.
Hemos preguntado por la ventanilla de los derechos humanos y resulta que no existe. De ahí también la aparición de Guantánamo. Al final, todo es una cuestión de ventanillas. Si usted se lleva sin pagar una lata de sardinas de un supermercado, tiene bastantes probabilidades de ir a la cárcel porque hay ventanillas donde denunciar ese robo. Pero si usted pretende que los autores de la matanza de Faluya respondan ante el juez pos sus crímenes, usted va de cráneo. ¿Por qué? Porque no hay un servicio de reclamaciones para Faluya. Y eso que se emplearon, para achicharrar a la población de civil bombas de fósforo, que es la versión posmoderna del NAPALM. ¿Recuerdan aquella cría desnuda, con la piel abrasada, que corría por una carretera cuando la guerra del Vietnam? Parece que los habitantes de Faluya huían del fósforo blanco con quemaduras idénticas, pero no se les pudo fotografiar porque el ejército norteamericano prohibió la entrada a los periodistas.
En todo caso, si se hubiera colado uno, un periodista, para mostrar al mundo el horror provocado por esas bombas, la CIA lo estaría persiguiendo ahora implacablemente por filtrar a la prensa esa información reservada. ¿Que quién persigue a los que lanzaron las bombas? Nadie, y no por maldad, sino por falta de ventanillas para hacernos cargo de todas las reclamaciones. No se puede estar en misa y repicando.  O en la calle fomentando mas guerras y cobrando del Estado como los obispos españoles.

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