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Nadir

Amigas

Una amiga me contó que había leído en una revista que si tienes amigas íntimas vives más tiempo. Al parecer las amigas tienen un efecto antioxidante que protege al cuerpo contra los achaques de la vejez. Eso está bien, le dije, porque yo tengo algunas amigas y seguro que he ganado por lo menos un año de vida. Ella me miró con desprecio y me dijo que según el artículo lo de las amigas sólo se aplica si eres mujer. Los hombres envejecen peor, incluso si son capaces de hacer amistadas. Pero eso no es justo, pienso yo. Los cigarrillos matan por igual a hombres y a mujeres, así que no puedo entender porque a ellas las amistades tienen que darles salud y a nosotros dejarnos con la vida en los labios. En esto de la vejez es una mala elección ser hombre. Claro que a lo mejor siendo metrosexual mejoran las cosas, aunque el artículo no decía nada sobre ellos. El caso es que mi amiga me dijo que había sacado su agenda y que se puso a llamar para empezar su tratamiento de juventud. Me dijo que después de varios intentos se había dado cuenta que en realidad tenía muchas conocidas pero muy pocas amigas. Me explicó que al hacerse mayor, se había distanciado de sus compañeras de la infancia y ya de adulta no había conseguido intimar casi con nadie. Bueno sí con Marta, me comentó con un gesto, pero nos peleamos hace tres años. Por lo de Ramón me aclaró y yo asentí sin recordar exactamente lo que pasó con aquel novio suyo. Pensé que a lo mejor las peleas entre amigas tenían el mismo efecto que fumar cigarillos, donde cada uno te quitaba un par de minutos de vida, pero no dije nada porque ella parecía preocupada y no quería empeorar las cosas. Regresé a casa intranquilo, sin saber porqué, la conversación con mi amiga me había dejado inquieto. Conecté internet y comprobé que tenía varios correos de amigas y me pregunté si la amistad electrónica serviría para algo; si ser amigo de una mujer les daría a ellas aunque fuera unos segundos más de vida. Porque si tampoco servimos para eso, el papel de los hombres en el mundo está en vías de extinción. Las mujeres intimarán con mujeres para cuidar su salud y los hombres tendremos que resignarnos a relacionarnos entre machos sudorosos porque ninguna mujer querrá perder el tiempo con nosotros. Las amazonas lo descubrieron hace miles de años y por eso era el pueblo más longevo de la historia y el río de lágrimas más caudaloso del globo. Los hombres cada vez moriremos antes, sobre todo de aburrimiento y en un futuro cuando se pueda elegir el sexo de los bebés, sólo nacerán mujeres longevas que se relacionarán con amigas desde el parvulario. Las agendas de las mujeres echan humo porque localizar a tus amigas es el tratamiento de juventud más barato que se ha inventado hasta ahora. Encima no tiene contraindicaciones salvo para los hombres que se quedarán olvidados en un rincón oscuro de las dichas agendas. Me imagino un mundo lleno de cafeterías donde grupos de mujeres reunidas alrededor de una mesa, hablen y rían sobre sus vidas, mientras cuentan los segundos que están ganando entre sorbo y sorbo de café. Me imagino un mundo de hombres acurrucados en sus casas, pegados al televisor y a los deportes, contando los segundos que les quedan para morir de asco y soledad. Así que la suerte está echada, sólo queda rezar para que el estudio estuviera equivocado y los hombres también podamos convertirnos en amigos de esos que regalan algo de vida. Yo siempre lo había intentado pero al parecer y según el artículo todo ha sido en vano. Mis amigas han perdido el tiempo conmigo y yo debería sentarme a ver la formula uno y dejarme morir sin molestar a nadie.

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