Blogia
Nadir

De victorias machangas

La épica victoria de CC en el Congreso de los Diputados, consiguiendo los votos necesarios para aprobar una moción transaccional que reconoce al Estado como competente en la homologación del profesorado universitario, es una de las machangadas más brillantes paridas por los nacionalinsularistas en los últimos años. Una victoria machanga y rastacueril que se está empleando como nueva cortina de humo entre la ciudadanía y el conflicto docente en ambas universidades del Archipiélago. En ningún caso los profesores de las Universidades de La Laguna y Las Palmas (ni sus juntas docentes, ni sus claustros, ni sus comités de huelga, ni sus rectores) han cuestionado jamás que su homologación salarial se integre en el ámbito competencial del Ministerio de Educación. ¿De veras cree José Miguel Ruano y sus corifeos que catedráticos, profesores titulares e investigadores son tan lerdos? Después de más de una década de espera, después de un sistema de valoración de méritos cada vez más caótico y disparatado, después de la penúltima exhibición de altanería ensoberbecida por parte de la dirección de la Consejería, negándose a negociar mínimamente el protocolo que regula los méritos con las comunidades universitarias, lo que demandaban los docentes es que una parte de los complementos que abona la Administración autonómica se integrasen en sus nóminas y quedasen, así, consolidados. Una iniciativa que se ha ejecutado en varias universidades peninsulares a la espera de la homologación que deberá decidir (y abonar) el Ministerio de Educación.
Hasta ayer mismo el consejero Ruano y sus polimorfos directores generales se habían negado a sentarse a negociar con los representantes de los profesores universitarios. Los argumentos esgrimidos han sido dos: primero, que la reivindicación salarial no era cosa de la Consejería de Educación; segundo, que la Consejería de Educación no negociaba, qué majestuosidad institucional, con comités de huelga. Se trata, obviamente, de dos pueriles excusas, encaminadas a deslegitimar la huelga y a dejarla pudrir. La moción transaccional presentada por Paulino Rivero se utiliza como la guinda de este cóctel de desprecio y cerrilismo que se bebe Ruano calmosamente cada mañana en la que las aulas de las universidades canarias permanecen vacías.
Las aulas permanecen vacías pero, como recordaban ayer en estas páginas dos profesores, Manuel Liz y Margarita Vázquez, en las universidades canarias se sigue trabajando: no se han detenido los proyectos de investigación, ni los laboratorios, ni los programas de los becarios. La Consejería no solo se está vacilando del profesorado: lo ignora, lo atropella y lo humilla. En lugar de urdir complicidades con ambas instituciones y sumar frente al Ministerio de Educación voluntades a favor de la homologación (y de fondos para investigación) los coalicioneros aprovechan el tótum revolútum de la Cámara baja en la presente legislatura y agitan una ridícula moción (la consagración de una obviedad) para desacreditar a sus universitarios ante la opinión pública isleña. Y de nuevo, todo por Canarias.

0 comentarios