El partido del odio

Al parecer existe en España un partido del Odio, que no sé si se presenta a las elecciones, pero que en caso de hacerlo no se concreta en unas siglas. Esto lo sé por alguien que fuera presidente del Gobierno, y que ya no lo es, pero que al presentar un libro suyo en el que muestra su complacencia por sí mismo nos anunció la existencia de ese partido y de lo malísimo que es odiar para todos nosotros; experiencia sin duda tormentosa y destructiva, y por la que hay que compadecer a quien la haya vivido o la viva. Sin duda, nadie mejor que quien haya experimentado el rencor puede avisarnos de su poder de exterminio. Lo hará tanto mejor, eso sí, si lo hace desde el arrepentimiento y deja de actuar en ese sentido, si es que antes lo ha hecho. De lo que no nos dio noticia el denunciante del Partido del Odio es de si el partido es nuevo, y su existencia se debe exclusivamente a la derrota de su propio partido, o si tiene algunos años ya y el Partido del Odio es, como yo sospecho, un partido veterano, aunque no responda a siglas, con un líder que del rencor hizo su lema. Desde luego, las imágenes que aparecen ahora en las televisiones y los periódicos del mundo de las crueles torturas en Irak, nada ajenas a una foto en las Azores en la que aparecía el denunciante del Partido del Odio, es posible que logren una militancia mayor, aunque indeseable, en un partido del Odio bastante globalizado. Es interesante en este trance releer a Baudelaire: "El odio es un licor precioso, un veneno más dulce que el de los Borgia, porque está hecho con nuestra sangre, nuestra salud, nuestro sueño, y los dos tercios de nuestro amor. ¡Es preciso ser avaro con él!" Creo haber entendido que da tanto trabajo el odio que no lo merece cualquiera. Y menos el denunciante del Partido del Odio