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Nadir

Información

Una chica del público dice que en realidad los medios no informan sobre cosas que se salgan de la norma, como el festival de música electrónica que acoge otra charla más sobre la prensa y los movimientos alternativos. "Los periódicos no dicen nada sobre asuntos como este festival, pero no sé porque los periódicos los lee mi padre. En otros medios no se ve nada, pero tampoco sé porque casi no veo la televisión. En internet se mueve algo, pero tampoco sé porque no navego mucho. Así que solo te enteras por lo que te cuenta la gente". La reflexión sencilla sería decirle a la chica que si no se consume información es imposible estar informado, además de cuestionarse sobre a qué dedica su tiempo la interlocutora.
Vivimos en una era extraña donde buena parte del público demanda información pero no hace el esfuerzo por conseguirla. Mientras, una suerte de elite informada consulta todos los días la prensa y los medios electrónicos (que a veces es lo mismo), escucha boletines de radio, ve informativos en la televisión, se esfuerza, en definitiva, porque la información le llegue. Luego saca sus conclusiones, siempre a partir de una información.
Ahora empieza el nuevo momento, cuando por fin esas opiniones y muchas de las informaciones se expresan con la libertad de superar las barreras habituales de los medios, que cuentan con sus opinadores profesionales o mentecatos muy profesionales o desastados muy, pero que muy profesionales. La revista Time acaba de designar como personaje del año a todos los internautas que organizamos la nueva revolución informativa, pero luego resulta que las webs más visitadas son las de los periódicos de toda la vida o, en su defecto, ese YouTube que tanto se nutre de despiezar a la televisión de siempre.
Mientras, las cifras de audiencia y difusión de los medios escritos se estancan o bajan. España sigue por debajo de la media europea en lectura de periódicos, y Canarias, por debajo de la media española. Parte de la culpa es de los mismos periódicos que no saben ofrecer un contenido atrayente para buena parte de esa masa lectora. Pero la culpa fundamental la tiene el ciudadano que, como en tantos aspectos de la vida moderna, pretende que todo le llegue masticado y a la puerta de su casa. Ahora cuenta con la ventaja de que la información está a un par de clicks de distancia. Tiene la gran suerte de que es una información libre a la par que libérrima, provocadora y a veces amparada en el anonimato, pero es más información y más opinión de la que jamás podría soñar. Cuando en los lugares de siempre no encuentre la información que busca sobre cualquier asunto de actualidad (por dejadez del medio, por esas vomitivas presiones o porque alguien considere que no interesa), solo hace falta abrir el Firefox y empezar a buscar y recibir. De nada a Time por el premio, ahora es cuestión de que cada vez lo merezca más gente.

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