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Nadir

La calada

Según cuentan quienes conocen del asunto, durante el mandato de D. Mariano Rajoy al frente del Ministerio del Interior se habilitó el balcón de su despacho como fumadero. Celosías de madera y coquetos maceteros fueron utilizados para decorar la balconada de la ministerial dependencia para solaz de D. Mariano, a fin de que pudiese disfrutar del siempre gozoso placer de fumarse un puro en un ambiente relajado y discreto. Lo tiene dicho Bono en su entrevista con Quintero: “a Rajoy lo que le gusta es fumarse un puro y eso se le nota” y lo escribió Antonio Burgos en una columna “yo prefiero que gobierne un señor de la derecha que es la que ha fumado puros siempre y no se atraganta con la calada”.

España estaba en buenas manos. Un registrador de la propiedad fumador de puros. Según parece, o nos quieren hacer creer, mientras D. Mariano disfrutaba de un habano, las fronteras eran baluartes infranqueables para las bandas mafiosas y a la morería yihadista no podía pasarle por la cabeza cometer tropelía alguna en el solar patrio. Llegó luego D. Ángel a disfrutar de las rentas de D. Mariano y como quiera que éste había sido centinela esforzado y vigilante ciego, Acebes se encontró con el trabajo sin hacer. Se ignora si disfrutó también del resguardo recoleto de la celosía, pero bien pudiera ser cierto pues nos contaban que España era una balsa de aceite.

Informes inadvertidos
Alguien debería poner el contador a cero y explicar las cosas como son. Sabríamos que mientras D. Mariano se fumaba un puro en Interior y Acebes hacía lo propio en Justicia, y luego en Castellana 5, el terrorismo islamista extendía sus redes por España; perpetraba matanzas que anticipaban lo que podía pasar en nuestro suelo, como ocurrió en el atentado de Casablanca contra la Casa de España; recibían informes confidenciales y reservados de los agentes del CNI y de los consejeros de Interior en zonas calientes y sensibles alertando y advirtiendo sobre el riesgo latente; estaban documentadas y acreditadas amenazas claras, como demostró el investigador Haizam Amaren, en un estudio publicado por el Real Instituto Elcano; tenían a su disposición documentos de expertos y académicos del máximo nivel cuya lectura ponía los pelos de punta, pues advertían con claridad meridiana del peligro al que estábamos expuestos.

Amenaza desoída
Advertencias tan rotundas como las que procedían de Europol, cuyo director adjunto, Simancas Ferrol, manifestó ante la Comisión de Investigación del 11-M: “ Está claro que después del llamamiento que hizo Bin Laden, si no recuerdo mal, en noviembre de 2003, señalando específicamente a una serie de países, nuestro país no solamente contaba con esa amenaza general, sino que además, teniendo en cuenta la cantidad de posibles actores en nuestro territorio, tenía una amenaza directa y concreta por parte de Bin Laden. Él incluía no solamente a España, sino al Reino Unido, a Polonia, a Italia…”

La FAES estaba al tanto
Y FAES, fundación donde ahora se fuma puros el que antes se los fumaba con los pies sobre la mesa de un rancho tejano, también nos iluminaba en tiempos no tan remotos. Un tal Juan Avilés, del Grupo de Estudios Estratégicos, presenta una ponencia en FAES, el 14 de marzo de 2003, advirtiendo que había riesgo de que el terrorismo islamista atentase en España. ( Por cierto, ni una sola referencia a conexiones con ETA). En ese documento se puede leer: “En consecuencia cabe esperar un recrudecimiento de la amenaza terrorista si es que se produce la guerra contra Irak, una amenaza que afectará preferentemente a los países que participen en ella. Ante una amenaza de ese tipo las fronteras nacionales tienen poca importancia. Puede haber un atentado islamista en España, como ya lo hubo en un restaurante de Torrejón en 1985, con un balance de 18 muertos y un centenar de heridos”.

Se le atragantó la calada
Mientras D. Mariano se deleitaba con un puro en la mano pasaban estas cosas. Las aromáticas volutas se elevaban mientras descendían los hilillos de chapapote. A D. Mariano no se le atragantó la calada, conforme a la teoría de Burgos, pero a los ciudadanos se nos está atragantando tanta patraña, tanta enredo, tanto humo y tanto cuento. Vociferaban en Madrid el otro día que va siendo hora de que se cuente la auténtica verdad del 11-M. En efecto, necesitamos saber la verdad: ¿qué se cocía mientras D. Mariano se fumaba un puro en el balcón del palacete ministerial y Aznar enviaba mensajes a medio mundo asegurando la autoría de ETA?

 

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