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Nadir

Cerebros menores

El diputado José Manuel Soria quería preguntar al presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, sobre el proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña con el que Rodríguez Zapatero pretende alevosamente dinamitar España por pura maldad rogelia. Es una lástima que Martín sea tan poco dado al sarcasmo oratorio y tenga alma de infolio. Porque el presidente podría haber tomado la palabra, suspirar ligeramente y replicarle algo así:
-Me encantaría poder debatir con su señoría sobre el proyecto de estatuto catalán, pero verá, estoy muy ocupado en otras cosas. Por ejemplo, con los 17 trabajadores en los centros de menores que hoy hemos suspendido de empleo y sueldo porque tenían antecedentes policiales y penales sin que Águeda Montelongo pestañease al respecto.
La Fiscalía de Menores solicitó tres veces a la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Águeda Montelongo, el listado de los trabajadores contratados por la empresa adjudicataria del servicio de vigilancia y seguridad de los centros de menores. La señora Montelongo, bien porque en el momento de recibir la providencia judicial estaba en clase de aeróbic, bien por motivos extragimnásticos, no respondió nunca al requerimiento fiscal. La consejera fue destituida y se olvidó del asunto, aunque no, curiosamente, de un ordenador portátil. Cuando finalmente el director general de Protección del Menor, José Luis Arregui, siguiendo órdenes de Marisa Zamora, contestó a la Fiscalía, el órgano judicial le informó, pocas semanas más tarde, que 17 de los trabajadores tenían antecedentes por robo con violencia, tráfico de drogas y/o delitos de lesiones en casos de violencia doméstica, lo que, sin duda, define el currículum más idóneo para trabajar en los centros con medio gramo (o gramo y medio) de eficacia.
Después de su admirable trabajo en Empleo y Asuntos Sociales, Águeda Montelongo imploró al señor Soria que evitase su regreso a las aulas. Saltar el potro, al menos en horas de clase, es muy cansado. Soria fue magnánimo: despidió a dos empleadas del grupo parlamentario del PP e impuso a los diputados conservadores una derrama mensual para pagarle un sueldo suficiente (medio kilo al menos) a la joven y pizpireta ex consejera, a la que se nombró algo así como coordinadora parlamentaria. En la tarde de ayer alguien le sopló a Montelongo que Arregui estaba a punto de comparecer ante la prensa y salió por patas del Parlamento. Y es que doña Águeda también practica el atletismo.
No sé cuánto tardará el Gobierno autonómico en proceder legalmente contra la Fundación IDEO, obviamente compinchada con los antiguos directores de los centros. De lo que estoy seguro es que ni la dirección del PP, ni la señora Montelongo, asumirán ninguna responsabilidad política, ni antes ni después de la ruptura de España Una, Grande y Libre.

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