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Nadir

¿Dónde estan las concesiones?

Que Rajoy siga hablando de negociaciones, en vez de diálogo, parece una manipulación calculada. No solo no había negociaciones sino que por ello estaban cabreados los de ETA. Pero los habituales palmeros de Pedro Jota y la COPE nos habían dicho que la entrega de Navarra ya estaba hecha, que la autodeterminación se había aceptado por el gobierno de Zapatero y que los presos iban a salir a la calle de forma inmediata. Mientras los policías y los jueces siguen cumpliendo con su deber y se deja el acercamiento de presos a cárceles vascas para la "negociación" cuando llegue. No sé cómo se les habrá quedado la cara después de la burrada de la T-4 de Barajas.

En 1989 y 1998 nadie reclamaba luz y taquígrafos a Felipe González y a José María Aznar. ¿Por qué se ha estado acosando a José Luis Rodríguez Zapatero pinchándole, para que diese información, acusándole de haber entregado a ETA todo lo que esta quería? La realidad es que Aznar dio más pasos en 1998 acercando los presos al País Vasco desde el primer momento, reconociéndolos como “Movimiento Nacional de Liberación del País Vasco” y anunciando que “sería generoso” con la reinserción de presos. Nada de eso ha prometido José Luis Rodríguez Zapatero que se ha ceñido al mandato del Parlamento. El PP se ha querido aislar del resto del arco parlamentario aunque diga que el PSOE intenta arrinconarlo y condenarlo al ostracismo. Lo hizo hasta con el Estatuto catalán. Haciendo el juego a quienes reclaman el relato minuto a minuto de los contactos preliminares, Mariano Rajoy sale de sus encuentros en la Moncloa diciendo que el presidente “no le ha dicho nada nuevo y no le garantiza nada”. Y Acebes y Zaplana tocan a rebato y siguen machacando lo de que ha hecho concesiones secretas. La conspiración en ciertos sectores de la derecha, recuerda el “contubernio de Munich” de la dictadura.

Por un lado, el no haber aceptado la derrota en las urnas el 14 de Marzo de 2004 ha llevado al PP a la contradicción de decir a la vez que en aquellas fechas ETA estaba contra las cuerdas y, al mismo tiempo, que era la responsable del atentado del día 11-M. Menudo K.O.. Una contradicción que arrastran desde entonces en vez de proponer un proyecto electoral que les permita recuperar el poder en 2008. El intento de desgaste del gobierno actual está perjudicando a quienes quieren una derecha moderada, más centrista que la que abanderan Acebes y Zaplana. Es difícil imaginar un triunfo del PP con Mariano Rajoy si el actual líder de la oposición no suelta lastre con suficiente tiempo. De todos modos, Rodríguez Zapatero dijo que este proceso, con vistas a la paz, iba a ser largo y duro y, probablemente iba a exigir más legislaturas, incluso de otro signo político. No olvidemos que los primeros pasos con el IRA se dieron en tiempos de John Major, el líder del partido conservador. Y todavía no está funcionando el Parlamento que cerró Blair. Puede que Cameron, el nuevo líder conservador, cierre la página.

Volviendo a ETA. No hay precedentes de acuerdo en conflictos donde, antes de hablar, se exigiese la entrega de las armas. Ni con el IRA ni con los Palestinos, ni con los Tamiles ni con las FARC colombianas cuando llegue el enésimo momento. Un sector del IRA ha cometido atentados después de los acuerdos y no ha entregado todas sus armas. ETA –al igual que sucede en todos los conflictos de este tipo— está tan dividido, sobre los pasos que hay que dar, como lo están el PP y los demás partidos del Parlamento español, incluidos algunos socialistas. Lo vimos cuando los Poli-Milis decidieron abandonar la lucha. No todos fueron Mario Onaindía, Kepa Aulestia o Juan María Bandrés, en 1986. Muchos siguieron la lucha con el sector irreducible de la banda. Lo mismo debe de estar sucediendo en este momento con los etarras que quieren poner fin a la lucha. Si eso está sucediendo entre los demócratas ¿por qué pensar que no sucede lo mismo entre los etarras libres o encarcelados?

Para muchísimos franceses, Argelia era una provincia francesa. En ella había autóctonos y gentes de inmigración metropolitana de Francia y España. Los argelinos fueron considerados "terroristas" durante mucho tiempo y hasta el señor Le Pen reconoce haber torturado prisioneros cuando era paracaidista en el ejército francés. De Gaulle declaró públicamente en Argel: “Je vous ai compris!” (Os he comprendido) dirigiéndose a los “pieds noirs” que se negaban a reconocer la independencia de Argelia. Y sin que nadie se opusiese, de un plumazo, en secreto Charles De Gaulle llevó el asunto hasta las conversaciones de Evian. No estoy comparando Argelia con el País Vasco, sino explicando que los conflictos se tienen que resolver, sin poner condiciones previas por ninguna de las dos partes y sentándose a discutir, punto por punto, lo que cada cual pretende sacar de esas reuniones. Si los etarras entregan las armas ¿qué les queda para discutir? La Kale Borroka, el robo de pistolas, los intentos de extorsiones, pueden considerarse como formas de presión por la no existencia de negociaciones. Con ello desautorizan a los que sostienen que Rodríguez Zapatero se ha entregado sin condiciones a los etarras.

No cabe la menor duda de que ciertos sectores del PP solo pretenden descabalgar al gobierno socialista por el medio que sea. Los independentistas armados, ellos, están encantados de ver la desunión creada entre los dos principales partidos españoles. Ellos tendrán sus divisiones internas, entre los que quieren abandonar la lucha armada y los que la consideran un medio de vida. Por nuestro lado, también tenemos una división que no existió en las dos treguas anteriores. Incluso Otegui se permitía lanzar la insidiosa acusación de que “Zapatero no cumplía su parte del acuerdo”. No existe tal parte ni tal acuerdo pero desde luego que eso sirve para alimentar la querella insensata entre PP y PSOE.

Finalmente, la hora y el lugar elegidos por los etarras, demuestran que quería marcar brutalmente su fuerza y coaccionar a toda España pero evitando muertes. No era fácil prever que dos ecuatorianos estuviesen durmiendo dentro de sus vehículos. Un poco de sangre fría por parte de todos, nos evitará cometer errores de apreciación. Una cosa es analizar y otra servir de propagandistas de quienes buscan beneficios partidistas del atentado.

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